No descansa en paz y ya comenzó la guerra: el drama que sufre el Rey Juan Carlos

La pérdida de un ser querido también demuestra las miserias de quienes menos uno pensaba: ese es el drama que está sufriendo el Rey Juan Carlos luego de la triste partida de su hermana la Infanta Pilar.

Apenas se ha cumplido un mes y medio de su fallecimiento, se han disipado las dudas definitivamente: su familia y sus amigos han compuesto el retrato de una mujer fundamentalmente buena, de carácter duro por las circunstancias que le tocó vivir y muy querida por los suyos, sí, todo muy lindo, pero llegó la hora de repartirse la herencia y se están sacando los ojos. 

El Rey Juan Carlos nunca imaginó que a solo una semana del último funeral celebrado en su honor en la iglesia de San Francisco de Borja, en Madrid, ya se disputen qué heredará cada uno.

Sus cinco hijos han estado al pie del cañón en todo este proceso: Simoneta (quien se descompensó y debió ser internada), Bruno, Beltrán, Juan y Fernando: han comprobado cómo será recordada su madre: "Todo el cariño que ha recibido la familia en el funeral demuestra la cantidad de gente que la quería porque era todo corazón. Era una mujer que tenía amor para todos".

Los hijos de la infanta están volviendo a la rutina y ya pasaron a limpio los asuntos de su madre y empezaron a hablar de la herencia: los sobrinos del Rey Juan Carlos ya empezaron la guerra: el Boletín Oficial del Registro Mercantil publicó este mismo martes que Simoneta Gómez-Acebo y su hermano Beltrán se han convertido en administradores solidarios de la empresa patrimonial de la familia, San Jacobo SL, hasta ahora gestionada por la Infanta Pilar.

¿Cuál es el botín en juego? Todas las propiedades que se gestionan a través de esta sociedad que Luis Gómez-Acebo, el marido de la infanta, constituyó en 1967: la empresa adquirió un piso de más de 300 metros cuadrados en la calle Velázquez de Madrid, en plena milla de oro, que aún conservan y que hoy está destinado a usos profesionales. El precio de esta propiedad podría superar en el mercado actual los dos millones y medio de euros.

Luego San Jacobo adquirió una parcela de 1.200 metros cuadrados en Calviá, dentro de la urbanización Sol de Mallorca, donde luego se construyó un chalé de veraneo para la familia, un pequeño piso en la calle Mayor de Madrid del que se han deshecho recientemente, la mansión madrileña que es una gran casa en la zona de Puerta de Hierro que supera los 1.000 metros cuadrados y con una parcela de 2.400 metros cuadrados.

Los hijos de la hermana del Rey Juan Carlos manejaban el dinero familiar : además de las acciones, de las propiedades de la patrimonial San Jacobo y de una dieciochoava parte de un jardín en Aranjuez que comparten con toda la parentela borbona, la infanta tenía varios fondos de pensiones, joyas familiares como la tiara de zafiros y otros recuerdos imposibles de cuantificar: cómo se reparten todo dará inicio a batallas legales y litigios de toda índole, algo que el Rey Juan Carlos no quería ver con sus propios ojos, no a tan poco tiempo de su partida.