La traición no tiene nombre: no le alcanzan las lágrimas a Meghan Markle

Nunca ha llorado tanto en su vida Meghan Markle: ni siquiera en las noches más tristes de Londres, cuando la presión sobre sus hombros la obligaron a tomar una de las decisiones más difíciles de su vida y renunció a la Corona británica. 

Meghan Markle ha recibido la peor noticia posible en un momento histórico para Estados Unidos y para ella misma, quien es una de las principales defensoras contra el racismo.

La culpable de las lágrimas de Meghan Markle tiene nombre y apellido: es Jessica Mulroney, una de las amigas más íntimas de la esposa de Harry.

Se conocieron en Canadá, donde Meghan Markle grababa 'Suits': desde entonces se habían convertido en inseparables, al punto tal que los hijos de la estilista protagonizaron la boda de los duques de Sussex en mayo de 2018.

Pero lo más grave de todo es que Meghan Markle confió tanto en su amiga, que le dio las llaves de lo más preciado que tiene en el mundo: Archie. Jessica fue quien cuidó al pequeño cuando los duques se fueron a poner fin a su vida en el Reino Unido a mediados de marzo.

¿Qué pasó? Sasha Exeter es una influencer afroamericana, quien utilizó sus redes sociales para denunciar la situación actual y sus terribles experiencias personales marcadas por el racismo, donde señaló a la amiga más cercana de Meghan Markle, quien no dudó en responderle con un mensaje privado en tono amenazante.

Ese mensaje de la ¿ex? amiga de Meghan Markle fue publicado por Exeter, quien denunció el maltrato que estaba recibiendo de la estilista.

Luego de la denuncia en redes, la confidente de Meghan Markle se disculpó de forma pública, pero ya parece demasiado tarde: la duquesa le ha quitado el saludo y Mulroney se ha quedado sin trabajo.