La despedida a Diego en el barrio más maradoniano de Buenos Aires
En las calles y en el estadio, La Paternal lloró a su ídolo.
Si hay un barrio en la ciudad de Buenos Aires que tiene a Maradona presente en sus calles y en el corazón de su gente, esa es La Paternal, donde él vivió y donde está Argentinos Juniors, el club de sus inicios.
Y fue ayer quizás uno de los días más tristes para los fanáticos de Maradona y de El Bicho, que recordaron su paso por el club con anécdotas y relatos ante los murales que abundan en las paredes de La Paternal.
La esquina de Jonte y Gavilán, una de las esquinas más icónicas de La Paternal, tiene en su alto una de las esculturas más representativas del gran jugador.
Apenas a una cuadra está el estadio donde ayer, además de convocarse los vecinos para una sentida despedida, se armó un improvisado altar.
Allí los maradonianos dejaron estampitas, velas encendidas, camisetas y flores para rendirle tributo frente al mural que está sobre una de las paredes de la cancha.
Ya se habían convocado cerca de las 22 horas dentro de la cancha de Argentinos Juniors y fue en ese instante en que lanzaron cohetes y fuegos de artificio que pintaron el cielo porteño. Coincidieron con el aplauso que nació en los balcones y las terrazas de todo el barrio, incluso de sus aledaños Villa General Mitre y Villa Santa Rita.
Algún vecino ambientó el momento con la canción de Rodrigo "La Mano de Dios" para sintetizar el homenaje que nacía de la emoción misma.
Cuando llegaba la noche muchos hablaban de viajar al centro para ser primeros en la fila para ingresar a la Casa Rosada y despedir el Diez. El barrio lloraba a su ídolo y agradecía con sus aplausos todo lo que le dio a la Argentina.
