Panadería argentina: de la inmigración a la Masa Madre

Creció en el siglo pasado y hoy se reinventa con nuevas variantes.
jueves, 27 de febrero de 2020 · 13:57

La inmigración europea de principios del siglo XIX trajo una exquisita variedad de masas dulces y horneadas con baños de azúcar o crema pastelera que fueron parte de la panadería argentina.

Como la mayoría de los panaderos eran de tendencia anarquista como Errico Malatesta -quien fue además uno de los fundadores del Sindicato de Panaderos-, muchas facturas fueron bautizadas de forma especial.

La mayoría de las facturas de nuestra panadería citan con sarcasmo a sus archienemigos como la Iglesia, el Ejército o la policía.

Así nacieron los Vigilantes, Bolas de fraile, Esperanza de monjas, sacramentos o cañoncitos que hoy pueblan nuestras panaderías con un amasado y particular relato de la historia.

De la mano de los expertos en cocción de pan también se hicieron pan dulce, roscas de Reyes y distintos tipos de pan. Algunos marcaron su estilo como las figacitas, milonguitas y bizcochitos.

Actualmente también se impone la moda de la panadería con masa Madre, panes que levan por un cultivo de levadura de manera natural que se guarda y alimenta en la heladera.

En Buenos Aires, es conocido L´Epi Boulangerie, la panadería de los cocineros franceses Bruno Guillot y Olivier Hanocq. En la Cordillera, exactamente en Bariloche, Federico Fontán, ex chef del LLao LLao, elabora pizza de masa madre.

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