Yuyos para comer: los poderes de las buenezas
Estas hierbas tienen alto nivel nutricional y una gran demanda gourmet.
Aunque muchos consideran plaga, las malezas o yuyos han servido para dar de comer al hombre desde tiempos inmemoriales. Son contenedoras de vitaminas y proteínas además de usos medicinales. Por eso algunos especialistas han dado en llamarlas buenezas.
Entre las buenezas de mayor valor, los especialistas destacan la verdolaga, el diente de león, la ortiga, el taco de reina, la pamplina y el vinagrillo, que crecen en todo tipo de terrenos y son comestibles.
Uno de los referentes en el tema de las buenezas fue el investigador Eduardo Rapoport, de la ciudad de Bariloche, quien fue profesor emérito en la Universidad Nacional del Comahue (Bariloche) y llegó a ser investigador superior del Conicet.
Vivió en distintos puntos de Latinoamérica y en Bariloche fundó el Laboratorio Ecotono para trabajar en la conservación de la biodiversidad del ambiente patagónico. Allí investigó sobre las malezas comestibles o buenezas, como él dio en llamar.
“Estamos llenos de comida alrededor y es absurdo y criminal que haya gente que se muera de hambre”, manifestó en varias oportunidades el investigador creador del término buenezas.
Entre las buenezas, identificó el geranio de Magallanes (“una planta muy linda, para hacer ensaladas”), aunque su favorita fue el diente de león, del que utilizaba la parte blanda de la hoja para ensaladas, frituras o sopas. “Se puede preparar como la espinaca, para hacer ravioles”, mencionó.
En sus libros destacó el poder nutricional de las buenezas y junto a su mujer Bárbara Drausal, que sigue viviendo en Bariloche y difundiendo sus propiedades, hizo algunos libros con recetas usando las buenezas.
Los que se enamoraron de las buenezas fueron los chefs. Y hoy gracias a esos libros de Rapoport y otros especialistas, las buenezas son utilizadas en muchos restaurantes.
