La cepa Bonarda: en la cresta de la ola
Se usó mezclada con otras cepas. Hoy se posiciona como la uva de moda.Como muchas de las uvas de nuestro país, la Bonarda arribó a nuestro país junto con la inmigración italiana. Se le llamaba Barbera o Bonarda Barbera.
Durante años, la Bonarda se utilizó para producir vinos de corte (aquellos que se producen con dos o más variedades) y se la consideró fundamental para dar redondez al vino.
Hubo un tiempo en que la plantación de Bonarda era superior a la del Malbec. Hoy compiten 18.000 hectáreas de Bonarda contra más de doble de Malbec. La matriz productiva y las modas hicieron que se perdiera interés en esta uva y cobraran protagonismo otras, como Cabernet Franc o las uvas Criollas.
En la primera década del 2000, se creó en Argentina un Plan de Desarrollo y Promoción de la Bonarda, con el cual se brinda asistencia técnica a productores y bodegas para que elaboren vinos de este varietal con una alta calidad.
Es una cepa que se adapta a regiones calurosas y frías de altura. Da la posibilidad de producir vinos muy frescos, con buena madurez y de bajo grado alcohólico.
A principios del 2019, especialistas franceses aseguraron que la Bonarda argentina es cepa de tendencia, que se está ubicando entre las elegidas de enólogos y sommeliers.
Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura de Argentina, Mendoza concentra el 84% de la superficie cultivada con Bonarda, San Juan 14% y La Rioja un 2%.