El Vigilante: el postre más argentino

Lleva ese nombre porque se creó cerca de una comisaría.
miércoles, 24 de junio de 2020 · 14:26

Si hay un postre sencillo pero que siempre gusta es el Postre Vigilante. Nada más y nada menos que una porción de queso que se sirve, con otra de las mismas dimensiones, de dulce de batata o de membrillo.

Algunas versiones le dan sus orígenes en el Norte argentino, con dulce de cayote o de tuna; en el Sur con mermelada de frambuesas o de maqui.

Ya lo cuenta Daniel Balmaceda en sus libros. La combinación de queso y dulce es una antigua tradición que tiene sus orígenes en el Norte del país, en particular con el emblemático quesillo de cabra con dulce de cayote.

Respecto al llamativo nombre Postre Vigilante, el historiador Balmaceda considera que todo se originó en un bodegón de Palermo, allá por 1920. Allí –según cuenta el historiador- se ofrecía un postre que se hizo muy popular entre el personal policial de una comisaría cercana.

Y es que era práctico y rápido de comer sin necesidad de cubiertos, mientras los policías patrullaban las calles cercanas.

Balmaceda no desestima que más allá de que el postre fue muy popular, este fue el  favorito de los policías, pero por una cuestión económica: elegían las opciones más baratas de la carta.

En general se usa el queso fresco (similar al quartirolo Lombardo Fresco) y el dulce de batata para la preparación tradicional de “Fresco y batata”.

Con dulce de membrillo recibe el nombre de Martín Fierro y se acompaña con Queso Mar del Plata, tipo pategras.

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