Recuperan la tradición de la apicultura con abejas nativas
La miel de esta variedad es sabrosa y cuida al ecosistema.
Noticias sobre plagas de langostas que invaden y comen campos, sismos, calentamiento global y nevadas en lugares poco frecuentes, son las noticias que abundam en los medios. Sin embargo, en un rincón de México, un grupo de pobladores han decidido recuperar las abejas nativas y la apicultura antigua maya como una forma de proteger el planeta.
Así lo relatan los cronistas y viajeros Jennifer Kennedy y Richard Arghiris en una nota que reproduce el sitio AnRed donde mencionan que a unos 300 kilómetros de Cancún está esta particular “casa de las abejas”.
El lugar está administrado por Rogel Villanueva Gutiérrez, un biólogo que se especializa en abejas de bosques tropicales y junto a sus técnicos se dedica a investigar y conservar las abejas, una especie que es esencialmente sustentable.
Para ellos han construido unas modernas colmenas llamadas “cajas racionales”, que están junto a las tradicionales colmenas de tronco hueco, llamadas “jobones”, que ubicaron en un refugio de hojas de palma.
“Para poder conservar las abejas, se debe conservar el bosque Para poder conservar el bosque, se deben conservar las abejas. Las abejas no pueden vivir sin el bosque. El bosque no puede vivir sin las abejas”.
Según menciona el artículo, se han mantenido colonias domesticadas de estas abejas durante 3000 años, aunque en los últimos tiempos fueron reemplazadas por las especies europeas o africanizadas que producen en más cantidad.
En el 2005, Villanueva publicó una investigación acerca de una zona mexicana y informó que se había producido una disminución del 93 % en la cría tradicional de abejas en un cuarto de siglo. Ante este panorama se puso a trabajar para que no se pierda esta tradición.
El experto descubrió por ejemplo que estas abejas se nutren de plantas de sotobosque y de maleza. Pero, además, llegan a polinizar árboles nativos cuyas copas son muy altas. Esta abeja es trascendental para el ecosistema del bosque tropical. Villanueva capacitó a pobladores de la región para que criaran estas abejas y eso ha permitido que la apicultura de esta especie haya aumentado en producción y no desaparezca.
