Galettes, una receta sencilla que viene de Francia
Aunque su origen es salado, se puede servir con dulces y frutas.
La galette podría definirse como una variedad de los crepes, uno de los básicos de la gastronomía francesa. Las galettes son oriundas de la región de Bretaña, al noroeste del país.
Una vez más la historia nos lleva a la Antigua Roma donde –dicen- se comían crepes para festejar el inicio de la primavera y de la cosecha.
Con el tiempo, en algunos lugares, los crepes sumaron nuevos ingredientes como es el caso de la harina de trigo sarraceno, que es una de las características diferenciales de las galettes.
El trigo sarraceno crecía fácilmente en las zonas menos fértiles y por eso se lo llegó a llamar el cereal del pobre porque se convirtió en el sustento de las clases menos pudientes.
La receta de una galette es muy similar a la del crepe convencional, aunque deberá sustituirse la harina de trigo por la de trigo sarraceno.
Entre las variedades de galettes más conocidas está la salada, rellena con queso emmental rallado, jamón y un huevo frito, una de las variedades más instagrameables.
Otro tipo de galette típica es la galette saucisse, con una salchicha y normalmente un poco de mostaza. Las galettes se suelen degustar con un bol de sidra bretona.
Respecto al relleno, se puede usar para rellenar las galettes frutas como duraznos en rebanadas y frutos rojos aunque también van muy bien los higos, cerezas, moras, manzana, ciruelas o frutillas.
