¿Qué vino y qué cepa va con cada personalidad?
Los tintos para personas inteligentes; los blancos, para las empáticas.
La técnica de maridaje –el matrimonio que se da entre el vino y la comida para que ninguna de las dos desentone- podría trasladarse también al ámbito de la personalidad y los vinos.
Algunos expertos en materia de psicología –y por qué no, de astrología- sostienen que las personas alegres y apasionadas pueden maridar muy bien con los vinos de Crianza, según el blog de la distribuidora de vinos "Cutanda".
Son vinos que llevan por lo menos un año en barrica y son, quizás, los que marcan el sentido de esperanza y de futuro en las bodegas.
Tienen gran capacidad de guarda –que va de los 5 a los 10 años- en los que mantienen y, en algunos casos, potencian sus aromas y sabor. Es un vino confiado, algo similar a la persona que lo bebe.
En el caso de ser una persona con cierta templanza y toques de elegancia, podría ir muy bien un vino Reserva, que tiene paso por madera y en los que se destacan ciertos toques particulares que lo hacen atractivo para los bebedores curiosos.
Si hablamos de cepas, para las personas empáticas un vino ideal es el Blanco, variedad que se consume desde tiempos inmemoriales, dotando a los países de su tradición vitivinícola.
Para los soñadores, aquellos a los que su despreocupación los vuelve entrañables, acorde cita el blog, se sugiere el vino Rosado.
En el caso de considerarse una persona inteligente, lo que se recomienda es el vino Tinto, que se asocia a personas capaces de superar obstáculos merced a la confianza en sí mismos.
