Turismo en monasterios: gastronomía y licores para la post pandemia

Hay en Buenos Aires y Entre Ríos para conocer.
miércoles, 26 de agosto de 2020 · 12:13

Son una alternativa ideal para los tiempos que exigen aislamiento y además, una propuesta atractiva para aquellos que optan por el turismo gastronómico. Se trata del turismo de monasterios.

En Argentina son varios los conventos que tienen las puertas abiertas al turismo, la mayoría pertenecen a la orden de los benedictinos. En algunos sitios requiere reservar turno con dos años de anticipación y brindan una especialidad gastronómica.

Al respecto, la referente técnica en Turismo Religioso de la Dirección Nacional de Planificación y Desarrollo, Claudia Boente, manifestó a la agencia Télam  que uno de los lugares más atractivos es  la Abadía del Niño Dios de los monjes benedictinos en Victoria, Entre Ríos. El lugar cuenta con lugar para alojarse, además de un espacio de venta de miel, jalea real, polen, propóleos, dulce de leche y licor monacal.

"Esta es la única abadía de la Argentina que produce el licor monacal, una bebida digestiva dulce o seca, que es hecha con 74 hierbas y tuna graduación alcohólica de 44 grados, según una formula traída de Francia y que, por ser secreta, sólo la conoce un monje y se comparte a otro antes de morir".

En la provincia de Buenos Aires también se puede visitar el monasterio de Los Toldos, donde se puede hacer turismo ya que se puede visitar un sitio arqueológico mapuche que dio el nombre a la población y la casa natal de Eva Duarte de Perón.

Si hablamos de gastronomía sus especialidades son dulce de leche y queso gouda, con una receta traída de los Países Bajos.

También está el monasterio trapense Nuestra Señora de los Ángeles, a 50 kilómetros de Azul, de la orden benedictina de la Estricta Observancia, donde se puede realizar una visita turística.

El convento  benedictino de Santa Escolástica, también en Victoria, es de mujeres y allí las monjas hacen pastelería. Para Pascua elaboran budines, chocolates, huevos y pan de fruta, y a fin de año venden repostería alemana. La Abadía Nuestra Señora de Luján, en Jáuregui, tiene una especialidad:  hacen un riquísimo lemoncello.

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