La isla extraterrestre: tiene una gran variedad de especies exóticas
Es Socotra, y se encuentra frente a las costas de Somalia.
La llaman La Galápagos del Índico, aunque también suelen denominarla La Isla Extraterrestre. No es casual: Socotra es un atolón de 132 kilómetros de longitud ubicado en el Océano Índico, y allí habita un sinnúmero de especies exóticas.
Socotra fue distinguida como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, ya que allí se desarrollan ciertas especies únicas en todo el planeta, desde plantas sin igual en el mundo hasta reptiles y la más variada fauna.
La isla que busca mantenerse aislada del resto del mundo está entre Yemen, país al que pertenece, y Somalia, apuntada por el cuerno de África y frente al golfo de Adén, en el mar Arábigo. Cuenta, entre sus plantas más extraordinarias, con “el árbol de sangre de dragón”, cuyo nombre científico es Dracaena cinnabari y tiene forma de paraguas.
Estos árboles ramifican hacia fuera con hojas que alcanzan 60 centímetros de largo. Su resina se utiliza en medicinas tradicionales o como colorante, y se recoge tradicionalmente una vez al año. Aunque sus 40 mil habitantes viven de la agricultura y la ganadería, el turismo también es una actividad que atrae a muchos interesados. Cuenta con playas de arena blanca y sus aguas cristalinas rondan los 25 grados en promedio.
La lista de especies que alberga esta isla es aún mayor: 730 variedades de peces, 300 de crustáceos y moluscos marinos, unas 200 variedades de aves, 250 de corales, reptiles y 600 tipos de insectos.
Fuente: (Great Big Historias)
El cambio climático como amenaza
No todo es belleza y armonía en este paraíso. Y es que la ganadería caprina que ocupa libremente sus territorios y que llegó a la isla desde el extranjero depredó grandes superficies. Pero no solo eso: el cambio climático azota la región con sequías muy prolongadas que ponen en riesgo la cosecha del árbol de sangre de dragón, una industria que solventa a gran parte de la población. El turismo tampoco ayuda demasiado, ya que la apertura del aeropuerto en 1999 condicionó el paisaje, puesto que muchas veces los viajeros no respetan el medioambiente.
