La insólita acción alrededor de la llama olímpica y el coronavirus

Llegó a Japón con mucha repercusión.
domingo, 22 de marzo de 2020 · 11:37

Lejos de tener un final bueno y a corto plazo, el coronavirus continúa expandiéndose por todos los rincones del mundo y pese al estado de alerta en el deporte, con cese de las actividades incluidos, el Comité Olímpico Internacional sigue su agenda de manera normal.

Mientras el mundo se mantiene en vilo y se resguarda en cuarentena para combatir la propagación del COVID-19, que ya causó más de 13 mil muertes, en Japón parecen estar viviendo una situación distinta a la del resto de los países y se vio reflejada en un evento del tradicional del COI.

Pese a que el estado asiático maneja cifras muy altas de contagiados (1.055 infectados y 35 fallecidos al domingo a la mañana), no solo insisten con mantener la fecha pautada para realizar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, sino que además se aglomeraron en un acto público.

Con motivo de celebrar los JJOO, una importante concurrencia de gente se juntó para ver la llegada de la antorcha olímpica a Japón y el encendido del pebetero, una imagen que es tradición y se mantuvo pese a la crisis sanitaria. Sin hacerle caso a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, miles de personas dijeron presente.

En la ciudad de Sendai, más de 50.000 personas asistieron para ver la llama olímpica, que llegó el pasado viernes al país asiático. Los presentes, muchos de ellos con barbijos para cuidarse del contagio del virus, realizaron filas de más de 500 metros para poder sacarse una foto con el pebetero, que se encendió el jueves 12 de marzo en Atenas, para finalizar el recorrido en Asia.

China es el país más afectado por el COVID-19 y la crisis sanitaria estalló en Europa, el epicentro de la enfermedad. Pese a esto y con la gran mayoría de los deportistas aislados en estado de cuarentena, el COI aún mantiene la idea de que los JJOO se desarrollen como estaba previsto, desde el viernes 24 de julio al viernes 9 de agosto.

Sin embargo, ante la presión social y el aviso de Estados Unidos de no mandar una delegación si no es totalmente segura su participación, la prensa japonesa advirtió que los organizadores evalúan la posible suspensión del evento si se repiten reuniones multitudinarias de esa magnitud. 

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