El insólito certamen ruso que no se detuvo por coronavirus y tuvo un final inesperado
Contó con una gran audiencia y rápidamente se viralizaron las imágenes.
Ante la falta de fútbol y de los deportes más populares a causa de la pandemia de coronavirus, millones de personas de todas las latitudes se volcaron mucho más a las redes sociales y allí se puede seguir con los eSports o incluso con una práctica muy llamativa, que tiene un campeón particular.
Se trata de Vasily Kamotsky y le dicen el “El Tyson de los golpes”. Es un granjero de 29 años que se consagró ganador de un insólito torneo en Rusia en marzo de 2019.
En el país ruso creció de manera exponencial el interés por los duelos de b*fetadas, una temática que involucra a dos rivales que intercalan cachetadas y gana el que más resiste sin sufrir las consecuencias. Algo que catapultó a la fama a Kamotsky.
A partir de las inéditas imágenes que dieron la vuelta al mundo, miles de seguidores se sumaron a esta peculiar disciplina para apoyar a Vasily, que había perdido su invicto en el pasado diciembre. La mole de 168 kilos cayó en su tierra natal, ante su compatriota Vyacheslav Zezulya. “Me dio un buen gol*e, me gustó. Creo que podría haber seguido, pero me sacaron de allí. Y yo solo le pegué con un 25% de mi potencia...”, había reconocido Kamotsky tras el combate.
Ahora, en plena pandemia por COVID-19, los seguidores se prendieron a una transmisión sin precedentes, en lo que fue la pelea entre el ruso y un contrincante brasileño de gran potencial.
El llamativo rival de Vasily pesa 200 kilos, lo conocen como "Black Papa" y está preso en Rusia. El enfrentamiento tomó tanta repercusión y generó tal expectativa que Ibai Llanos, celebridad de Internet y locutor deportivo español, comentó el encuentro en una transmisión en su cuenta de Twitch.
El encuentro comenzó con el granjero ruso pegando primero. Luego continuó el brasileño y así, entre asistencias médicas, llegaron a un desenlace inesperado. ¿Quién ganó? Ninguno de los dos. Luego de cinco fuertes gol*es por lado, como ninguno cayó, el juez decretó el empate. De esta manera el campeón mundial y el retador se repartieron 75 mil rublos rusos (unos 970 dólares) y hubo un sentido abrazo final.
