Edersa alerta por el robo de cables de energía en Río Negro

Hace semanas que Edersa, la empresa distribuidora de energía de Río Negro, expresó su preocupación ante una escalada de robos de cables y vandalización en las instalaciones eléctricas. Se reportaron hechos delictivos en distintas ciudades de la provincia.

De acuerdo con la compañía, este tipo de sucesos no solo presuponen gastos económicos para Edersa, sino también afectan el servicio de miles de usuarios y ponen en riesgo la vida de los delincuentes.

Según Edersa, los ladrones tienen un solo objetivo: conseguir el cobre presente tanto en los cables como en los transformadores, para luego venderlo y obtener ganancias económicas. Sin embargo, la firma ya informó que el cobre robado es reemplazado con aluminio.

Una de las principales ciudades afectadas es Allen, donde Edersa registró robos que significaron costos de 2,5 millones de pesos. Además, movilizó al personal de la empresa y afectó a usuarios, en tanto no pudieron contar con el servicio eléctrico a causa de los robos.

No obstante, no es el único lugar donde se reportaron hechos delictivos. En la sucursal de la compañía en General Roca y Cervantes se contabilizaron 180 robos. Desde octubre, los robos se incrementaron casi en un 300%.

Por su parte, en Regina, Edersa comunicó que hubo hurto de térmicas y disyuntores. Hasta mayo pasado, se asentaron 14 robos, pero luego, detallaron, hubo un crecimiento significativo. Según explicaron, los vándalos operan de madrugada, tanto en zonas rurales como urbanas.

Qué pasa en Viedma y Cipolletti

Caso contrario, la distribuidora analizó el caso de Viedma y ratificó que “el fenómeno de los robos aún está incipiente” en la capital provincial. Asimismo, Edersa recordó dos hechos “emblemáticos” ocurridos en Cipolletti durante el último año.

El primero ocurrió a fin de 2020, cuando fueron robados 2 mil metros de cable de media tensión de cobre. El costo de reposición fue superior a los 22 millones de pesos. El segundo sucedió a principios de 2021 y se robaron 100 metros de cable de aluminio, que costaron 2,2 millones de pesos.

Según resaltó el Diario Río Negro, Luis Ferreyra, responsable Técnico Operativo de la sucursal Allen de Edersa, sostuvo: “Entendemos que muchos de estos casos están estrechamente relacionados con la difícil situación económica que se atraviesa”.

Sin embargo, advirtió: “Pero es mucho más importante entender el enorme riesgo al que se somete la persona que concreta el robo”. “Es cierto que afecta directamente a muchos usuarios, que se quedan sin servicio”, reconoció.

“Aunque mucho más importante es la vida humana y por eso es necesario cuidar, concientizar y a la vez saber que se trata de un delito penado por la ley. En todos los casos, los delincuentes ponen en riesgo su vida”, concluyó Ferreyra.