La descubrió: el Rey Felipe rogó que no se supiera pero el peor secreto sale a la luz 

El Rey Felipe volvió al trabajo, pero un informe de El Confidencial lo pone contra las cuerdas: a días de la muerte de la Infanta Pilar, el monarca está destrozado. Salió a la luz la disputa por la herencia y el peor secreto: sus negocios turbios.

Luego del escándalo que saltó a la opinión pública al hacerse públicos los papeles de Panamá, Pilar presidió y dirigió la compañía Delantera Financiera SA -empresa offshore radicada en Panamá- a partir de agosto de 1974, un mes después de que su hermano Juan Carlos asumiera de forma interina la Jefatura del Estado tras el grave empeoramiento de la salud de Franco.

La infanta Pilar declaró que el dinero provenía de la herencia que su padre, don Juan, quien dejó a sus hijos en Suiza en 1993 y que sacó a la luz El Mundo: se trataba de tres cuentas con unos saldos totales de 7.955.775 francos suizos (728,75 millones de pesetas al cambio de entonces). De estos, doña Pilar recibió 131,4 millones (de entonces) que fueron enviados a JP Morgan, en Nueva York.

Si bien la infanta Pilar “no tuvo que preocuparse por nada hasta que falleció Luis”, explica un amigo del matrimonio, “luego se le vino el mundo encima porque tenía cinco hijos que no siempre ha sido fácil encarrilar en solitario”. Gómez-Acebo dejó a su familia un patrimonio que les ha permitido vivir holgadamente y que ellos consiguieron mantener con el tiempo. 

Pero la infanta no descansa en paz. Ni el Rey Felipe vive días tranquilos. Con su muerte han salido a la luz nuevos informes que revelan un entramado político y económico que pone en jaque la herencia de la familia con el fisco español. Sus hijos se sacan los ojos por la fortuna heredada y no se ha logrado el cometido del Rey Felipe: que la memoria de su tía se mantuviera en paz. El escándalo recién comienza.