REALEZA

Camilla Parker Bowles no lo puede creer: el drama inesperado del príncipe Carlos

Un año difícil para el futuro rey.
sábado, 18 de enero de 2020 · 23:59

Antes de las comentadas desavenencias entre Kate Middleton y Meghan Markle, la Casa de Windsor siempre ha sido escenario de desencuentros entre sus miembros y se han mantenido ocupados a los tabloides. Pero ahora el drama es mayor y entre hermanos: el Príncipe Carlos vive el momento más dramático junto a sus hermanos Andrés y Eduardo.

Cada vez que se ven las caras, el Príncipe Carlos sigue esperando a sus 70 años el trono: la relación con Andrés, 59 años, es especialmente turbulenta. El heredero al trono lo quiere tener cuanto más lejos mejor porque considera que los continuos escándalos de supuesta corrupción que siempre le han acompañado. Camilla Parker Bowles nunca pudo hacer nada para ayudarlo.

 

Tanto el Príncipe Andrés, como su ex Sarah Ferguson, dañan la imagen de la familia real, núcleo que el Príncipe Carlos quiere limitar solo a sus hijos, nueras y nietos, y por supuesto su madre la Reina Isabel y su esposa Camilla Parker Bowles.

El calvario volvió a ser tema luego de que en un documental presentado por el influyente periodista Jeremy Paxman se recordara que en una ocasión el Príncipe Carlos llegó a decir: “El problema con mi hermano Andrés es que quiere ser yo”. Camilla Parker Bowles le pidió que midiera las palabras hacia sus hermanos, pero el Príncipe Carlos pocas veces ha sentido la necesidad de decir todo referido a sus hermanos.

Respecto a Eduardo, 54 años, el Príncipe Carlos nunca le ha perdonado el hecho de que, en su desafortunada y corta carrera televisiva, llevara en 1987 a la familia real a participar en 'It's A Royal Knockout', una especie de programa ambientado en la Edad Media para recaudar dinero para varias ONG. El Príncipe Carlos no pudo creer cómo accedieron sus familiares.

El show fue todo un éxito: retransmitido por la BBC, consiguió 18 millones de telespectadores en el Reino Unido –la cuarta mejor audiencia de todos los programas emitidos ese año-. Posteriormente se emitió en todo el mundo, consiguiendo 400 millones de espectadores. Y en total sumó una recaudación de 1,5 millones de libras.

Pero la dignidad de la monarquía desapareció por completo. Ver a los hijos de la soberana disfrazados cual película de Lancelot mientras hacen las pruebas no tiene precio. 

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