REALEZA

Conmovedor: la decisión más difícil y valiente de la Reina Máxima

Lo ha consensuado con el Rey Guillermo de Holanda.
martes, 10 de marzo de 2020 · 23:59

Las líderes mundiales construyen su personalidad en base a decisiones difíciles que toman en el momento que tienen que tomar y son aquellas a quienes no les tiembla el pulso en el momento más complicado: eso es lo que nuevamente ha hecho la Reina Máxima esta semana durante su visita de Estado por el Sudeste asiático.

El viaje durará hasta el 13 de marzo y la decisión de continuar con la travesía pese a las indicaciones del Ministerio de Salud ante el embate furioso del coronavirus ha sido tomada por la mismísima Reina Máxima con el visto bueno del Rey Guillermo de Holanda, quien también ha viajado a Indonesia, donde ha comenzado la histórica gira.

Si bien tomaron medidas extremas como no saludar de ninguna manera al llegar: sin dar la mano, ni abrazos ni besos, lo cierto es que la Reina Máxima ha vuelto a sorprender al mundo con su espontaneidad antes de emprender la visita a las islas de Java y Sumatra.

Luego de la primera parada obligada en Yakarta, la Reina Máxima ha decidido estrechar los lazos con Asia e impactar con los looks escogidos para cada ocasión.

Luego de arribar con caras largas por un viaje de 10 horas y el poco entusiasmo ante el peligro inminente del Covid-19 en Asia, la Reina Máxima y el Rey Guillermo han cambiado el semblante y fueron acompañados por el presidente de Indonesia, Joko Widodo, y su esposa Irina.

Pero lo que más ha sorprendido y encantado a los seguidores de la Reina Máxima ha sido la espontaneidad ante el monumento dedicado a la víctimas de las guerra, pero sobre todo durante su visita a una fábrica de chocolates donde la Reina rompió una vez más con el protocolo y con las medidas de prevención y ha probado todos los manjares.

La Reina Máxima ha dejado de lado es estricto régimen que le ha permitido mantener una figura espléndida y lleno de dulzura y sonrisas las instalaciones de la fábrica de Pipiltin Cocoa, donde se produce chocolate con materias primas de pequeños agricultores de la zona. Así demostraron su apoyo a los productores locales, fundamentales para activar la economía del castigado Sudeste Asiático, y un manjar permitido para llevar alivio a todos los holandeses.

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