REALEZA
Impropio de una realeza: cenó con la Reina Letizia y relató la vergüenza que vivió
Nunca lo hubiera imaginado el Rey Felipe de su esposa.Las vajillas y los cubiertos pueden ser de plata, el menú más elaborado por reconocidos chefs, pero cuando se apagan las cámaras, los mortales son mortales y la realeza pierde cualquier encanto que haya deslumbrado en banquetes y francachelas. La Reina Letizia da prueba de ello.
Hubo un tiempo que el periodista Jaime Peñafiel ha accedido a las tertulias y tapeos más íntimos de Zarzuela, pero antes de que fuera expulsado como un perro ha sido capaz de describir la vergüenza que sintió ante la mismísima Reina Letizia durante una cena puertas adentro.
Finísima por donde se la mire; sin embargo, no contempla un detalle: Peñafiel señaló y ha sido compartido por muchos otros comensales que la Reina Letizia adora llamar siempre la atención durante la cena, no calla ni debajo del agua y esto desemboca en escenas un tanto desagradables.
Hace poco se revelaba en "La Reina Impaciente", la biografía escandalosa: "Deja que hablen los otros", le pedía el emérito Rey Juan Carlos ante los comensales invitados mientras la ex periodista de la Televisión Española no paraba de analizar la situación bélica de Irak.
Pero lo que ahora sale a la luz no es una cuestión de contenido de diálogo, sino en las formas literales donde la Reina Letizia queda expuesta: explican que habla continuamente, incluso con la boca llena, sin cuidar los modales.
La obsesión de la Reina Letizia por los alimentos que consume han llevado a instaurar en el núcleo familiar un menú en el que no caben las grasas, los azúcares y los fritos. Sí en cambio está repleto de vegetales, frutas, legumbres y pescado.
Hablar con la boca llena se trata de un detalle que no concuerda con lo detallista y pulida que pretende aparentar en sus apariciones públicas, pero no es lo único que señalan: se cuenta que en una ocasión la Reina Letizia fue a "El Corte Inglés" a buscar un champú específico, pero no lo tenían.
Cuando la empleada del lugar le ofreció otro, la Reina Letizia lo rechazó: "Sí, claro, para que me manchéis el pelo de grasa". La escena, además, provocó cierto revuelo y todo el mundo la miraba, lo que parece que molestó a la esposa del Rey Felipe: “Vaya, ya está todo el mundo mirando en lugar de trabajar". Pero sobre gustos no hay nada escrito. Ni de modales mucho menos.