La cuarentena de la Reina Letizia no tiene paz: la última llamada que recibió

No pueden permitirse una lágrima ante el escenario crítico que se vive en el país. En todo caso la descarga ante tanta tensión se hace puertas adentro o cuando nadie está cerca. La Reina Letizia se ha puesto la crisis al hombro pero cuando llega el final del día hay algo que no puede disimular y es su máxima preocupación: cómo están sus familiares.

La última llamada que recibió la dejó preocupada: la abuela Menchu está sola con 92 años, su padre Jesús Ortiz viven en Pozuelo de Alarcón, una localidad cercana a Zarzuela, mientras que su madre Paloma Rocasolano también es motivo de temor para la Reina Letizia: vive sola en un pequeño piso cercano al Palacio Real y por el momento no puede volver al Pabellón del Príncipe.

Mientras la Reina Letizia trabaja codo a codo con el Rey Felipe desde Zarzuela, se ha confirmado que la salud de la reina es óptima: el positivo de la ministra de Igualdad, Irene Montero, había encendido las alarmas sometiéndola a una cuarentena obligada en un anexo de Zarzuela.

Luego de más de 10 días recluida, la Reina Letizia volvió con el semblante serio y preocupado que la situación amerita, con maquillaje natural y traje: principalmente mantuvo videollamadas con organizaciones que están colaborando en la lucha contra el virus, mientras que de su familia se ha ocupado caída la noche.

Está claro que la Reina Letizia no solo está preocupada por la dolorosa situación de incertidumbre que viven muchísimos españoles, o por los enfermos y quienes fallecieron o perdieron a un amigo o familiar: su propia familia la tiene en vilo y mucho más cuando han sido catalogadas de alto riesgo.

Menchu Álvarez del Valle cumplió 92 años el pasado mes de enero y la Reina Letizia cuenta las horas para poder ir a visitarla a donde vive sola desde hace años en su casa de Sardeu, en Asturias: ayer mismo ha sido un lunes muy difícil para Letizia y su abuela al conmemorarse un año más sin José Luis, su abuelo paterno.

"Es un lugar precioso en el que me siento bien. Levantarte por la mañana y ver paz o ver montañas por la ventana es un privilegio", aseguraba la abuela de la Reina Letizia hace unos meses, pero tal como señalan los medios españoles la crisis no ha sido ajena para la "abuelina", quien vive a más de 500 kilómetros de distancia y en el último contacto ha perdido el semblante optimista que la caracteriza.