"Sin poder cenar": Jimena Barón puso tristes a todos tras revelar un grave problema de salud

En pleno aislamiento social, Jimena Barón escribió unas palabras en sus redes sociales para reflexionar sobre varias cuestiones, entre las cuales se destaca una revelación sobre su salud.

“No te disfruté tanto como te tendría que haber disfrutado. Me diste pánico porque siempre fuiste mi sueño y te cumpliste. Me costaste la vida, te di todo, mis historias, mi corazón, mis letras, todos mis ahorros, mis miedos, errores, todo”, comenzó la cantante.

“Tuve que entrenar fuerte para llegar con el aire y poder cantar en vivo, tuve que ensayar coreografías que me cuestan mucho, tuve que enfrentar mi miedo de hacerme un estudio y confiar que tengo un quiste en una cuerda vocal que me deja sin voz todo el tiempo, tuve que quedarme sola en un hotel, muda, sin poder cenar o compartir el tiempo de gira con el equipo", confesó Jimena.

Luego, la artista siguió: "Vi siempre errores, sólo veo errores y cosas que podría haber hecho mejor. Me odio, me sofoco a mí misma. Salimos de los shows sold out saludando a la gente amontonada del otro lado de las vallas, me gritan que me quieran, me agarran fuerte. ¿Me conocen? Ni yo me quiero así tanto. Llego a casa sola, con la valijita de gira, con un maquillaje que fuera del show y en joggings se ve rarísimo, Morrison ya dormido, descongelo comida. Pienso en que todo salió mal”.

“La presión de que me quieran, de que me sigan queriendo, de no cagarla, de superar números que crecen y crecen, de no defraudar, de mostrarles lo que les guste, de qué quieran más”, acotó Barón.

La actriz también se explayó sobre sus momentos de relax: “Me abrazo, dejo de fajarme un rato. Entiendo que la mujer independiente que logra sola es una amenaza para muchos. Entiendo que si fuera hombre no sería ni osado, ni controversial, ni escandaloso, sería alto macho que sabe lo que quiere, que tiene los hue... bien plantados”.

Para cerrar, Jimena dijo: “Entiendo que la presión es el modo de que flaqueemos y nos hagamos más pequeños. Un hechizo casi subliminal que funciona porque nos lo meten como un virus, ni lo vemos, pero está. Nos tocó más difícil, si, pero nos tenemos para ayudarnos a sacarnos las mochilas. Estoy trabajando para quererme tanto como algunos de ustedes. Estoy tratando de verme sin el trajo de la cobra y de quererme igual, con lo no resuelto, con el pánico, con lo roto”.