“Aún no la había atrapado el hospital”: el desconsolado relato de Flor Kirchner por una pérdida familiar
La hija de la vicepresidenta recuerda un duro momento.Fue en el día de ayer que Flor Kirchner recordó el fallecimiento de su abuela y le dedicó un poema de Jimena Arnolfi Villarraza que le hizo rememorar a Ofelia, quien era la mamá de su mamá.
Desde que volvió de Cuba, la hija de Cristina y Néstor se encuentra muy activa en las redes sociales, donde comparte escritos hechos por ella o por otros autores que le resultan movilizadores.
“Hoy sería el cumpleaños de Ofelia. Murió hace poco más de un año en La Plata. Mi cuerpo se encontraba en Cuba tirado en una cama muy lejos de su cuerpo vivo también en otra cama, en la que sabíamos que iba a morir. Ella defendía a Julie, esa perra rebelde y malhumorada que la había mordido catorce veces”, comenzó relatando la cineasta.
Inmediatamente, Florencia continuó: “”¿Por qué no la regalas?” preguntaban y preguntaban, lo admito, yo también pregunté. Ella replicaba enojada que no quería a soltar a su compañera por su carácter, que cada unx era como era. Humanización eterna de las perras”.
Además, la más joven del clan Kirchner se dio un momento para recordar cómo la entretenía Ofelia: “De chiquita me contaba la historia de cómo había nacido Alelí, otra de esas perras, muerta ya hace muchos años, y de cómo la había rescatado de sus hermanxs dálmatas que no la dejaban llegar (hasta) la perra madre por ser la más pequeña de todxs".
“Y esa otra historia de la otra perra que no recuerdo su nombre, pero que en los años setenta se escapó, la creyó perdida para siempre, y una noche, le tocó la puerta, y esto no me lo dijo, pero imagino que lloró. Ella y toda una vida de perras desatadas”, siguió la escritora conmovida con el tiempo compartido con la mamá de Cristina.
Para finalizar, Flor rememoró acerca de un consejo que ella le había dado y hasta el día de hoy lo guarda en su memoria: “Ofelia, mi abuela Almodóvar “Si no te quieren, no los quieras” me dijo enojada una vez, me contó que un solo hombre en su vida le había dicho que no la quería más y ella le gritó que entonces, en ese mismo momento, dejaba de quererlo también. Vivió en su propio monte de libertad, a pesar de estar caminando en plena urbanidad. Esta foto se la saqué yo cuando aún no la había atrapado el hospital".