“Dice que todo lo mío es un quilom…”: Flor Kirchner y la crítica menos pensada. ¡Increíble!

La cineasta lo contó en sus redes.
martes, 19 de mayo de 2020 · 10:27

Unos días antes de que se desate el desastre por la pandemia del coronavirus, Florencia Kirchner pudo regresar al país acompañada por su madre.

Durante el último tiempo, la reconocida cineasta había pasado sus días en Cuba, donde recibía un tratamiento médico.

Una vez recuperada, fuera de peligro y con su madre al poder, Florencia regresó al país y se reencontró con la persona más importante para ella, su hija Helena.

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Lleguu00e9 acu00e1 con las piernas llenas de hematomas, dolores incesables. Pesando menos que el aire. Tan poco me movu00eda y con tanto miedo lo hacu00eda. Venu00eda de ver mu00e9dicos sin parar, pero La Cosa que me pasaba era nada. Molestias de nena para muchos profesionales. Lleguu00e9 acu00e1 mirando mal a los mu00e9dicos. Y me la fui dando-la mente-contra los cajones, porque despuu00e9s de mucho tiempo se me trataba como a una persona. Empezaron a aparecer los diagnu00f3sticos. Fue muy difu00edcil todo. No puedo escribir lo que quiero acu00e1, Instagram no me da espacio. Tampoco su00e9 si estoy preparada para escribir el nombre de algunas cosas y que las lea unx otrx. No hoy, no este viernes. Me enfermu00e9 fu00edsica y psu00edquicamente. Fui paciente psiquiu00e1trica con urgencias, eso su00ed, asumo que ya se sabe. Pienso en todas las personas que tuve contacto entre julio de 2016 y enero de 2019 y no me gusto yo. No eran mis palabras. No era mi ruido en la furia. Lleguu00e9 a bloquear todas y cada una de las voces que batallaban en mis costillas por salir. Estaba agotada de vivir en un cuerpo, no queru00eda mu00e1s estar en uno, repito y repito en mis diarios. La carne mu00eda en contra mu00eda. Y ahora tambiu00e9n, carne en esta foto, a la que al fin puedo dejar de ver como La Cosa y decirle: yo. No su00e9 cu00f3mo decirle gracias a este Pau00eds. No existe gracias para tanta carne, tanta cosa. O gracias a mi madre, por venir a buscarme. Tampoco su00e9 cu00f3mo decirlo. Extrau00f1o como una loca desatada, pero me voy llorando. Yo me apego, yo trato. Decu00eda Kat M: tratar cada cosa con toda la justicia que pueda. Eso. Tratar. Tambiu00e9n, otras cosas, que no puedo no resaltar: Me fui de una Argentina sin ministerio de salud, regreso a una que lo tiene. Solo pienso en quu00e9 hubiese sucedido de haber esto ocurrido con el anterior gobierno. Llegaru00e9, y por supuesto, estaru00e9 en casa. #GraciasCuba u2665ufe0f

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Desde que pudo volver a verla, Kirchner se fue amigando poco a poco con la maternidad y fue en el día de ayer que recordó cómo fue el día en que H, como la llama ella, llegó al mundo.

“Tu primera cara sobre tu cara. Tu cara sobre tu cara. Salíamos de la clínica, ella había estado haciendo una fiesta de gritos; horror primero. El auto la durmió y tomé una foto a su calma vuelta una osa chiquita hibernando. Hoy la agarró ella entre sus manos: “Esta era yo cuando era chiquita, miren, miren”. Cruza las piernas. Toca la puerta. Entra un cometa. El pelo, el pelo, le importa el pelo”, comenzó relatando la escritora, junto a una foto en la que su hija sostiene un portarretrato con una foto de ella recién nacida.

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Mi maternidad es como la de un unicornio drogado. Ese disfraz se infla todo en las piernas y se hace nacer la cabeza y los brazos de un unicornio plu00e1stico. Mi hija lloru00f3 cuando me lo saquu00e9. Ella se viste de una unicornia con tules. Seguro va a pensar alguna cabeza u00bfLa deja vestirse como hada? u00bfNo es todo muy de brillos patriarcas? Y no. Yo les digo que no. Hubo vez una, que una amiga me contu00f3 que a su hija le escondu00eda los disfraces de princesa. Le preguntu00e9 u00bfsi fuera varu00f3n tambiu00e9n se los esconderu00edas? Me dijo que no. Y entonces u00bfQuu00e9, chicxs? u00bfAhora invertimos el binarismo? u00bfLas nenas de Spiderman y los varones de Hadas? u00bfHay nada mu00e1s que nenes y nenas? No, no. Hay mu00e1s, mucho mu00e1s. Todo es para todxs. Todo es para esx que desee. Permitan el deseo. Y ademu00e1s las Hadas siempre fueron hermosamente malvadas. Yo las buscaba entre las cortinas de mi casa y nunca vinieron a verme. Me dejaron sola y esperando. Por lo que le saquu00e9 las cabezas a mis barbies; esas forras no me respondu00edan. Volu00e9 por la casa llorando hasta mi padre y culpu00e9 a mi hermano de la hegemonu00eda rota en mis estantes. Mentu00ed, le dije: fue u00e9l papu00e1, fue u00e9l. La infancia es una cosa que no tiene tu00edtulo, vale u00fanicamente lo que diga le niu00f1e que ve. Ayer despuu00e9s de esta locura madre-hija, me fui a buscar uno de mis libros mu00e1s viejos, Las flores del mal. Queru00eda leer el dolor de la belleza. Queru00eda leer el vino que hace tanto no tomo. Queru00eda acordarme de mu00ed. Dos du00edas seguidos publicando textos de varones, deberu00edan venir a buscarme de a quinientos y cancelarme.

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Continuando la narración, la menor del clan Kirchner escribió: “Me sabe decir “no te quiero más”. Me sabe decir “perdón, mamá”. Creo que la tuve chica, no lo sé, un amigo me decía “vos sos un bebé. Eso va a ser rock”. Y nació, y su cuerpo era el mío para todo, no quedaba opción, a ella siempre le gustó cambiar de lugar. Un año entero una bola de fuego. Empezó a caminar ¡y qué alivio! ya podía saltar yo sola mirando a la miniatura tambalearse y empujando; quiso H caminar sola”.

“Casi cuatro años atrás, felices, nos dijimos adiós; goodbye pegamento para chicas. Ahora, me ordena los libros esparcidos en la cama porque dice que todo lo mío es un quilom... Nos criamos y movemos el pelo”, finalizó Florencia describiendo como es su presente viviendo con Helena.

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