REALEZA

No pudo evitar la tristeza: los ojos llenos de lágrimas de la Reina Máxima

Junto al Rey Guillermo volvió a vestirse de luto.
lunes, 4 de mayo de 2020 · 22:21

La Reina Máxima nunca oculta sus emociones: la espontaneidad ha sido su marca registrada y así como su sonrisa amplia es un tono de distinción, este lunes tampoco pudo evitar que sus ojos estén llenos de lágrima una vez que visitó la plaza Dam, vestida de luto, junto al Rey Guillermo.

La Reina Máxima siempre ha sido muy respetuosa de la agenda y el calendario oficial que marca la actividad pública: este 4 de mayo figura resaltado ya que se conmemora el Día de la Liberación, es decir, el día que se produjo la retirada del ejército nazi de Holanda dejando muchísimas víctimas a su paso.

Junto al Rey Guillermo, la Reina Máxima ha depositado una corona de flores, coronas y calas en un sentido homenaje a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, en este año tan especialmente marcado por la pandemia de coronavirus y una crisis sanitaria vista por última justamente desde aquellos años signados por el drama bélico.

En la sencilla ceremonia la Reina Máxima, tal como consigna Vanitatis, no ha podido ocultar sus ojos llenos de lágrimas luego de cumplir los dos minutos de silencio respetados en su totalidad, sin público alrededor para crear un silencio todavía más sepulcral, como sí participan en otros años hasta colmar la plaza Dam de Ámsterdam.

Se pudo observar al Rey Guillermo y a la Reina Máxima ingresando al Palacio Real, en el centro de Ámsterdam. Esos escasos segundos bastaron para retratar a los Reyes y destacar el riguroso luto de Máxima en el mismo look que había utilizado con el Papa Francisco junto a sus hijas.

La visita al Santo Pontífice ocurrió hace cuatro años y la Reina Máxima utilizó el conjunto compuesto de blusa y un falda o pantalón y el sombrero para darle un estilo todavía más sobrio y ceñido al protocolo, apenas permitiéndose un poco de color en los pendientes brillantes utilizados.

Si históricamente se trataba de un acto de por sí bastante solemne y silencioso, este lunes lo fue todavía mucho más. Y el momento más difícil para la Reina Máxima fue cuando se proyectaron testimonios de hijos y nietos de algunos supervivientes de los campos de concentración. Ese relato de su dura y triste historia emocionaron a la consorte argentino-holandesa, quien no pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas.