A la vanguardia: así es la decoración del living de la mansión de Enrique Iglesias y Ana Kournikova
La vivienda de Enrique Iglesias tuvo innumerables modificaciones desde 2009.
Muchos la conocen como “La Sagrada Familia”, en alusión a la obra de Gaudí en Barcelona, puesto que tuvo muchas reformas. La propiedad que Enrique Iglesias y la extenista Anna Kournikova tienen en Miami cuenta con 2.226 metros cuadrados y fue modificada en reiteradas ocasiones para poder recibir, en su momento, a los abuelos de Anna.
Por lo pronto, cada uno de los 7 dormitorios y 12 cuartos de baño con que cuenta la casa del cantante tiene un estilo particular y, a la vez, en armonía con el resto de la vivienda. En tanto, el living de la mansión de Miami de Enrique Iglesias se destaca por su decoración de vanguardia.
En esta mansión es donde Enrique Iglesias, su mujer y sus tres hijos, Lucy, Nicholas y Mary, lograron abstraerse del ruido, de los fans y disfrutar de un entorno paradisíaco. A pesar de que la compra de la casa fue en 2009, recién decidieron habitarla en 2013.
La lujosa residencia tiene una estructura de dos plantas y está ubicada en uno de los sitios más exclusivos de Miami, ya que posee su propio embarcadero para salir a navegar en su yate por las aguas de Florida.
Entre los lugares que más llaman la atención de su hogar, el living muestra el buen gusto y la elegancia de la pareja. Lámparas en tonos naranjas y muebles en madera lustrada combinan a la perfección con las paredes blancas y la luz natural que penetra por los ventanales. Muy cerca está la galería con vistas a la piscina.
El living cuenta además con exclusivas obras de arte y sillones mullidos con estampados delicados que se suman a los colores vivos que llegan desde el jardín con su frondosa vegetación.
Afuera, el paraíso
La piscina es de ensueño, ya que fue construida al borde del mar y tiene 20 por 40 metros de superficie y bañera de hidromasaje. Para esto, cuentan los medios locales que gastaron cerca de 100 mil euros.
La vivienda también posee un gran parque con fuertes medidas de protección para evitar la mirada de los curiosos. Por eso, colocaron un muro de cinco metros que rodea toda la propiedad para sustituir a las rejas que había originalmente.
