"Nada nos detiene": la odisea de Pampita y Barby Franco para cumplir su promesa de fe
Pampita y su amiga tuvieron algunos obstáculos en su peregrinación a Luján.
En los últimos días, se supo que Pampita se encontraba entrenando para cumplir una promesa que finalmente hoy concretó con muchos obstáculos en el medio, pero con la fe y la esperanza de que podría hacerlo. Junto a Barby Franco y un grupo de amigas, caminó 40 kilómetros a Luján y a través de sus redes sociales contó los detalles.
Luego de convertirse en mamá de Ana, Pampita quiso agradecer esta bendición a través de un acto espiritual de sacrificio, peregrinando a pie hacia la capilla Nuestra Señora del Luján. Tal como lo hacen miles de fieles para esta fecha, la diosa argentina cumplió este objetivo personal en compañía de su amiga.
Mientras caminaban, el clima les jugó una mala pasada y las nubes negras anticiparon la lluvia, por lo que Pampita comentó en una transmisión en vivo desde su cuenta oficial de Instagram: "Está medio fresquito, va a llover. Bueno, llegaremos debajo del agua”.
Cuando finalmente las primeras gotas comenzaron a caer, la mayoría de las personas sacaron una bolsa que habían previsto llevar para esta ocasión y lograron mantener seca su ropa. Sin embargo, Carolina no había contemplado esta posibilidad, por lo que dijo: “Si encuentro a alguien con una bolsa de residuos le pido, me lo pongo y listo”.
“Ay, qué buena idea. Le hago un agujero acá y meto la cabeza. Está bárbaro este sistema”, aclaró Ardohain luego de haber conseguido lo que buscaba. En el video en vivo, sus fanáticos aseguraron que "hasta la bolsa de residuos le quedaba bien" y ella agradeció los halagos.
Misión cumplida
En sus redes, la pareja de Fernando Burlando también mostró la odisea que pasaron, pero en ningún momento perdieron la alegría de vivir esta experiencia juntas. "Se largó a llover, pero no importa, vamos a llegar. Nada nos detiene", comentó la morocha y Pampita apoyó su buena onda a pesar del mal tiempo.
Finalmente, Ardohain compartió en sus historias una imagen del grupo de peregrinas felices por haber cumplido su promesa y llegado sanas y salvas. Además, lograron que una panadería les obsequiara unos sanguchitos para saciar el hambre que tenían por el largo trayecto.
