IRRESPETUOSOS

Maltrato, bullying y apodos denigrantes: Charlene de Mónaco sufre violencia en el Principado

Muchos creen que la salud dañada de Charlene de Mónaco se debe a las agresiones.
lunes, 15 de noviembre de 2021 · 01:00

Mucho se habló del viaje que Charlene de Mónaco realizó hace unos meses a Sudáfrica y donde, debido a inconvenientes de salud, quedó varada. Pero poco se sabe de los problemas cotidianos que llevaron a la princesa a tomar semejante decisión que la mantuvo alejada de sus hijos.

Lo cierto es que los medios europeos, dedicados a los avatares de la realeza, dan a entender que la princesa consorte está muy poco protegida ante sucesivas agresiones. Tal como dieron a entender allegados a Charlene de Mónacohabría sufrido bullying, maltratos y la utilización de ciertos apodos que no hacen más que denigrarla y exponerla a una gran presión.

Charlene dejó de hablar por todo el bullying que recibió desde el día que se casó. Solían reírse por sus intentos de hablar francés y de su acento sudafricano.

De hecho, son muchos los que también relacionan los graves problemas de salud que tuvo Charlene de Mónaco en Sudáfrica con los destratos que recibió a la distancia desde el Principado, tanto de parte de su marido como de su cuñada, Carolina, quien nunca le tuvo simpatía.

Ahora, la ex deportista africana se recupera de la internación que la tuvo hospitalizada en tres ocasiones distintas por una grave infección de oídos y garganta. Mientras, se tejen todo tipo de habladurías: desde que pediría el divorcio hasta que el príncipe Alberto se ha mostrado demasiado indiferente ante el regreso de su mujer. De hecho, fue desde la fundación que dirige la princesa que se difundió y reportó la gravedad de la salud de Charlene mientras que en Mónaco continuaban con sus tareas como si nada hubiera pasado.

Tras su regreso, se la vio feliz con sus hijos aunque lució notablemente deteriorada y delgada.

Entre los apodos que se le han puesto, por su parte, destaca el de “princesa desesperada” o la “princesa muda”, decisión y actitud que ella asumió ante el agresivo maltrato que ha recibido desde el día en el que se casó.

 

La boda más triste del mundo

Su imagen vestida de blanco, con lágrimas en los ojos, recorrió el mundo entero. Es que durante su casamiento con el príncipe Alberto, la exatleta lloró sin pausa. Eso le valió para que tanto cortesanos como integrantes de la realeza la acusaran de inexperta.

La exnadadora tuvo que renunciar a su fe protestante para convertirse al catolicismo y así casarse con el príncipe. 

Por aquel entonces, se dijo que, posiblemente, su tristeza se debiera a que había descubierto algún hijo ilegítimo de Alberto. Lo cierto es que, desde entonces, la han llamado la “princesa triste” y ha tenido que soportar la fuerte guerra que le impuso, sobre todo, Carolina de Mónaco, quien dicen sería la mala de la película.

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