Siempre lo tuvo claro: la ambición de Máxima de Holanda

La última biografía de la monarca aporta datos reveladores.
sábado, 24 de abril de 2021 · 13:14

El libro "Máxima, más que Majestad" de Rick Evers comenzó a dar que hablar con los reveladores datos que posee sobre el pasado menos conocido de Máxima de Holanda. La biografía autorizada acaba de publicarse como antesala a los 8 años de reinado de Máxima, que se cumplirán el 30 de abril, y la celebración de sus 50 años el 17 de mayo. Evers es holandés y se especializa en realeza, especialmente la de su país, y este es el primer libro de su carrera.

Uno de los apartados más interesantes traducidos por La Nación relatan cómo fue la llegada de Máxima Zorreguieta a Estados Unidos tras recibirse de licenciada en Economía en la Universidad Católica Argentina (UCA). Con lujos de detalles se cuenta la dificultad que tuvo para conseguir trabajo entre jóvenes financistas latinos con apellidos de renombre y su peregrinar hasta encontrar un departamento. ¿Un detalle? Ese primer trabajo no figura en el currículum de Máxima disponible en la página oficial de la Casa de Orange.

"Cuando arribó al aeropuerto internacional John F. Kennedy en el verano de 1995, el calor la dejó atónita" comienza el segundo capítulo de biografía de la nacida en Argentina. "No podía siquiera pensar mientras cargaba las valijas e interpretaba las indicaciones que le había dado su anfitrión, Raúl Sánchez Elía, para poder llegar a su casa de descanso, en Southampton, el exclusivo reducto de las familias más acaudaladas de Manhattan", continúa Evers.

Si bien llegó con contactos en común y recomendaciones, el desembarco de Máxima al mundo financiero de la Gran Manzana no fue para nada fácil. "Estaba desesperada por conseguir trabajo. Máxima llegó a la casa de Raúl Sánchez Elía, el más adulto del grupo, el que más plata tenía y con una casa espectacular con salida a la playa. Tuvo suerte. O fue astuta. No sé", reveló uno de esos jóvenes financistas que llegaban a los Estados Unidos para crecer en el mundo de la economía.

"A Máxima le faltaba algo muy preciado e importante para ese círculo social: un apellido de abolengo. Zorreguieta no tenía estirpe ni linaje", sentenció Evers en su libro. "Cuando querés entrar en los bancos, se fijan mucho dónde estudiaste, si hiciste algún máster en Princeton, Georgetown, Stanford, Harvard, Oxford. Ella no tenía nada de eso. Venía de una universidad argentina, nada más. Pero lo que sí tenía era una gran ambición", contó uno de esos latinos del grupo de amigos de la reina Máxima.

El primer trabajo de Máxima en Estados Unidos fue en Credit Suisse. Para Evers, la Casa de Orange no incorpora esa experiencia en su "currículum real" para no dejar en evidencia la cantidad de tiempo que Máxima pasó desempleada boyando con su valija de un departamento a otro y durmiendo en sillones. Todo cambió cuando se instaló con Victoria Goldaracena y María Frattini, dos argentinas que buscaban compañera de casa. 

Más Máxima que nunca en los Juegos del Rey

El viernes 23 de abril se celebraron los Juegos del Rey en la escuela Kindcentrum Vlinderslag de Amersfoort y Máxima de Holanda dijo presente para competir contra su esposo, el rey Guillermo I y dar muestras de su carisma. Con un enorme abrigo de colores estridentes, Máxima hizo de todo: desde responder las preguntas de la trivia sobre alimentación hasta animarse a jugar al fútbol a pesar de sus tacos altos.

Tanto Máxima como Guillermo reflejaron todo su espíritu competitivo con los chistes que se hacían uno y otro, aunque fue el monarca el gran ganador de la jornada. A lo largo del día, los reyes se suman a los grupos de niños para cumplir prendas educativas y deportivas bajo el lema  "Yo + tú = nosotros".

Con humor, Máxima de Holanda declaró que aceptó la derrota dignamente, pero que a ella le "cayeron mejor" los niños que participaron que el rey Guillermo I. La jornada tradicional incluía un desayuno y almuerzo con los monarcas, pero las restricciones solo permitieron juegos al aire libre. 

Poco a poco, la reina de los Países Bajos y su marido dejan atrás los tiempos tumultuosos de los comienzos de la pandemia donde varios errores groseros los pusieron bajo la lupa. De hecho, la popularidad de ambos está en sus niveles más bajos y el cumpleaños número 50 de Máxima es la excusa perfecta para limar asperezas con su pueblo. 

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