Detalles insólitos: la particular casa de Sergio Lapegüe en Lomas de Zamora

Sergio Lapegüe vive un nuevo renacer desde que superó el coronavirus que lo tuvo 21 días internado, en su mayoría en terapia intensiva. Ya incorporado en su trabajo televisivo y radial, Sergio descansa en la propiedad que comparte con su mujer, Silvia, y sus dos hijos, Mica y Elvis, en Lomas de Zamora. 

"Estoy bien, mejorando cada día. Arranqué nuevamente con mi rutina laboral de siempre, de casi diez horas de aire entre la tele y la radio. Tratando de empezar muy de a poco a hacer deporte para ir recomponiendo los músculos. Tengo que proteger mis pulmones todavía, así que hago algo de ejercicio en el living de casa", reveló el periodista de El Trece en diálogo con Hola Argentina.

Justamente el living tiene ciertas particularidades muy especiales, que quedaron descubiertas durante las transmisiones que Sergio realizó desde su casa para el noticiero del Trece. Se destaca el rincón musical con piano y guitarras, pero principalmente los cuadros de Elvis o del mismo Lapegüe que realizó la madre del conductor. Un hogar a leña permite poner en exposición las fotografías de "Lape" con famosos de la talla de Palito Ortega o Sandra Mihanovich. 

El jardín tiene una piscina y en otro rincón un aro de básquet donde Sergio juega con sus hijos. Un detalle especial es que el patio de la propiedad es la vista que tiene el periodista y su mujer desde el dormitorio, ubicado en la planta alta de la casa. Allí también posee un enorme vestidor donde se destaca su vasta colección de corbatas. 

El quincho es otro lugar muy especial para Sergio Lapegüe, ya que allí montó un estudio de radio desde donde transmite su programa en La 100. Allí también expone la mayor parte de su colección de mates (tiene 59). 

De qué se trata el libro "Parar. Tocar fondo, resetear y volver a empezar"

Sergio Lapegüe terminó su libro "Parar. Tocar fondo, resetear y volver a empezar" tras estar internado por coronavirus. "Es una catarsis, un pedido de ayuda a los demás para poder bajarme de un tren que venía a mil kilómetros por hora. El COVID (sic) me chocó de frente y me dijo: 'Ya está, date cuenta de que no sos eterno y tal vez este sea el último aviso'. Entonces escribí el epílogo contando todas las peripecias que me tocaron vivir con la enfermedad" relató el periodista a Hola Argentina. Al reflexionar sobre el concepto detrás del título, Sergio analizó: "Vamos rápido para hacer cada vez más cosas. Muchas veces me pregunté por qué si me levanto a las 4 de la mañana no llego a hacer todo lo que quiero. Necesitaría un día de 28 horas. Mi mujer, que es más sabia que yo, me dice: 'Quizás si hacés menos, entra todo en las 24 horas que tiene el día'. Estamos enloquecidos, muchas veces por ambición, otras tantas por necesidad".