Sabrina Di Marzo, la esposa de Ángel Correa, palpita el partido de la selección argentina como nadie
La joven causó mucho alboroto en las redes sociales.
Esta noche se juega la gran final de la Copa América 2021 entre Argentina y Brasil, partido que tiene en vilo a todo un continente. Una de las personas que está palpitando este encuentro como nadie, es la esposa del futbolista argentino, Ángel Correa, Sabrina Di Marzo. La joven publicó una fotografía en su Instagram y generó el alboroto de sus miles de fanáticos.
La hermosa rosarina, a diario, comparte tiernas fotografías en donde deja en claro que el amor por el jugador del Atlético de Madrid es incondicional. La pareja se formó hace muchos años y fruto de esta relación tuvieron dos hijas, las cuales son las protagonistas absolutas de los posteos que realizan los orgullosos papás. “Feliz día mi amor, te amamos. Hoy y todos los días”, escribió Di Marzo, para saludar a Ángel en el Día del Padre.
Hoy, Sabrina subió una encantadora postal, en donde se la puede apreciar frente al espejo posando con la camiseta número 21 de la selección argentina. La publicación de la joven generó que sus seguidores se expresen en la caja de cometarios, en donde le dejaron cientos de mensajes. Uno de los primeros en escribir fue Correa, quien le dejó varios emojis manifestando todo su cariño por su pareja. “Vamos”, “Perfecta”, “Guapa”, “Hoy ganamos”, fueron otros de los recados que le dejaron a Di Marzo.
La vida de Correa
El novio de Sabrina tuvo una vida muy dura y llegar a ser uno de los jugadores más importantes del país no le fue para nada fácil. “A los 10 años falleció mi padre y yo llevaba el dinero a casa. El ingreso que tenía yo por jugar al fútbol era lo único que llegaba a mi casa para poder comer, mis hermanos, mi mamá o yo. Tenía un representante que me daba un sueldo y yo se lo daba a mi madre, que era la que lo manejaba”, le indicó Ángel en diálogo con El País de España. Asimismo, Añadió: “El fútbol de barrio te hace aprender porque juegas contra gente más grande, aprendes muy rápido, casi a la fuerza. Vi jugadores buenísimos que las familias enteras iban a verlos jugar, pero por circunstancias de la vida no llegaron a profesionales”.
