Un lugar de ensueño: cómo es el barrio privado donde veranea Mauricio Macri en Villa La Angostura
Junto con Juliana Awada y su hija Antonia, Mauricio Macri disfruta frente al Nahuel Huapi.Desde hace mucho tiempo, un rincón paradísico en Villa La Angostura es el lugar preferido para veranear y el que Mauricio Macri considera su lugar en el mundo. Pues, no hay año que haya faltado a la cita en este paisaje de ensueño junto con su mujer Juliana Awada y su hija Antonia.
El barrio Cumelén, en las afueras de Villa La Angostura, es el destino que prefiere el expresidente, incluso para sus reuniones de gabinete. Allí, algún año, Mauricio Macri recibió a Alfonso Prat Gay para darle directivas.
Más allá de todas estas anécdotas, tanto para Juliana como para Mauricio Macri, este es el sitio al que viajan cuando llega fin de año, puesto que allí se sienten como en familia.
En este barrio familiar también tienen casa Nicolás Caputo, quien es el propietario de la vivienda pegada a la de Macri sobre la bahía Bustillo, en la costa del lago Nahuel Huapi. En otro barrio cercano, a unos kilómetros por la ruta que llega a La Angostura, está el ingreso para el barrio Las Balsas, donde tiene una propiedad otro amigo, Eduardo Cohen.
Aunque se dice que el barrio Cumelén tiene calles públicas, no es un lugar de fácil acceso para el común de la gente, ya que allí la familia del expresidente se mueve a sus anchas. La casa en la que se alojan habitualmente cuenta con un amplio living, todo decorado con un estilo de montaña con mucha madera, piedra y textiles. La residencia posee en todos sus ambientes grandes ventanales que tienen una vista que es una verdadera postal.
La historia de un barrio especial
Este country es el más antiguo de la Patagonia y se creó para evitar una expropiación del expresidente Juan Domingo Perón. Sucede que en ese terreno se programó construir un hotel sindical.
Sin embargo, hace unos 70 años, Exequiel Bustillo, su fundador, decidió lotear las hectáreas y de esta manera evitar que el entonces presidente Perón las expropiara para fines recreativos. La brecha ya existía en ese momento: el mandatario quería que la Patagonia fuera destino del turismo social, mientras que Bustillo pretendía un lugar de elite e internacional.