FUERTE DOLOR
Desarraigo y tristeza: Ivan de Pineda atravesó parte de su infancia lejos de la familia
El conductor de "Pasapalabra" fue un exitoso modelo que vistió importantes marcas internacionales.Algunos creen que la vida de los que hoy son exitosos siempre fue una existencia color de rosas, pero no es así. Tal es el caso de Iván de Pineda, quien ahora conduce un éxito televisivo, pero siempre recuerda un periodo duro de su infancia.
El modelo y jurado nació en Madrid: su papá era un hombre bohemio de la clase alta española y su mamá, argentina. Cuando Iván de Pineda cumplió siete años, sus papás se separaron y él, su madre y dos hermanos se mudaron a Buenos Aires.
Para un niño pequeño como era entonces Iván de Pineda, fue muy difícil dejar de vivir en Madrid y Sevilla para mudarse a la elegante Recoleta porteña. Cuando empezó el colegio sus compañeros lo cargaban por su acento español y lo apoderaron Gallego.
Además del desarraigo y la distancia con su padre, el exconductor de “Resto del mundo" supo que la vida volvía a cambiar cuando su padre falleció de una embolia. Por aquel entonces, su tío Alejandro hizo una jugada que lo pondría en otro escenario.
Su tío mandó una foto suya a una agencia llamada Elencos donde lo llamaron para una sesión de fotos. En su primera experiencia, por diez minutos de trabajo, cobró 200 pesos, una cantidad muy grande para la época.
A partir de entonces volvió a desarraigarse ya que sus rasgos exóticos, su cara y su altura le abrieron un camino en el mundo del modelaje. Posó y desfiló para marcas internacionales como Versace, Gucci y Calvin Klein.
Un pedido especial
En medio de la gran ola de contagios de coronavirus que se dio en las últimas semanas, Ivan Pineda también cayó entre los infectados. Durante su programa dedicó palabras de agradecimiento a los que se preocuparon por su salud.
Pero además hizo un pedido especial a los invitados al reconocer que, tras sufrir la enfermedad, había quedado un poco cansado y lento, por lo que le pedía a los invitados que tuvieran la gentileza de no apurarlo demasiado.