CIGÜEÑAS

Ocho datos llamativos que muy pocos saben sobre las cigüeñas

Estas aves de gran tamaño fascinan por su vuelo delicado y su particular forma de convivencia.
jueves, 15 de diciembre de 2022 · 15:25

Mucho se habla de las cigüeñas. Entre los niños, la versión de que son las encargadas de traer a los bebés desde París es mágica, pero lejos de los mitos y las leyendas, ocupan un lugar transcendental en la vida animal.

Una de las curiosidades que se vincula con estas aves de gran porte es que tanto los machos como las hembras son similares morfológicamente: son idénticos en forma, coloración o tamaño. Otro dato es que las cigüeñas nacen desde un huevo de color blanco que se incuba por un mes.

Ambos padres se ocupan de incubar. 

Así como ocurre en otras especies, las cigüeñas bebés tienen dientes, como los pollitos y algunos reptiles. Esto se debe a que lo necesitan en el pico para romper la cáscara del huevo.

Por otro lado, se conoce que estos pájaros son muy prolíficos y se registraron nidadas de hasta siete polluelos. Además, ambos padres participan en la incubación y tanto el macho como la hembra disponen de parche de piel carente de plumas en la región ventral para darle calor al pichón.

La cigueñas migran entre el norte de África y Europa.  

Mantienen una atractiva vida en sociedad, puesto que es una especie que se reúne en grandes congregaciones para criar. El nido se sitúa en techos, torres, depósitos de agua, chimeneas o torres electricidad y telefonía.

Cada año, según menciona National Geographic, la misma pareja vuelve al mismo nido para criar. Para conseguir el mejor lugar, coloca palos hasta alcanzar grandes nidos de 2 metros de diámetro, que pesan hasta 400 kilogramos.

Suelen instalarse en torres. 

 

Una alimentación especial

Otra curiosidad vinculada a las cigüeñas es que se alimentan, en general, de artrópodos, como son los saltamontes y escarabajos. Igualmente, no descartan lombrices de tierra y vertebrados de pequeño tamaño, como roedores, culebras, lagartijas y ranas.

Sus nidos son de grandes dimensiones. 

Aunque es muy silenciosa, emite gritos de alarma cuando se excita o cuando teme por la presencia de extraños cerca de su nido. El sonido más habitual es un castañeteo que se produce al entrechocar las mandíbulas para saludar a su pareja.

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