Curiosidades sobre la cigüeña, el ave de gran porte que anida en las alturas

Las cigüeñas son de los pájaros más pintorescos del planeta e, incluso, forman parte de una historia acerca de cómo llegan los bebés al mundo. Más allá de eso, su vida es atractiva y guarda un sinfín de secretos.

Entre las curiosidades que se conocen acerca de esta ave migratoria, hay uno que tiene que ver con sus nidos. Año tras año, la misma pareja de cigüeñas regresa al mismo nido; coloca tal cantidad de palo y ramos que su vivienda puede alcanzar 2 metros de diámetro y pesar una tonelada.

Otro de los datos llamativos de las cigüeñas es que suelen poner cuatro huevos como promedio aunque, en algunos casos, se registraron hasta siete huevos. Estos son de color blanco y tienen un tamaño un poco mayor que el de gallina.

Las relaciones entre los integrantes de la pareja de este plumífero es muy particular ya que tienen custodia compartida. Tanto el macho como la hembra poseen una placa de incubación en su abdomen.

Así como otras aves que nacen de huevo, los polluelos de la cigüeña tienen dientes en su pico. Así también como ciertos reptiles y aves, al nacer, tienen un diente en el pico para romper la cáscara del huevo.

La alimentación está basada en papillas especiales. Lo que comen cuando son recién nacidos es una especie de puré que los padres regurgitan. Recién pueden largarse a comer solos cuando aprender a picotear los sólidos.

Precocidad en el vuelo

Uno puede pensar que, para poder volar, las cigüeñas deben practicar mucho y esperar un tiempo prolongado. Sin embargo, los estudiosos pudieron observar que son capaces de batir las alas al mes; practican el vuelo a los dos y, a los 3 meses, ya son independientes.

El plumaje se modifica a medida que crece. De pequeños, sus patas y el pico son gris oscuro, casi negro. El pico se va aclarando y tornando rojo. Por otra parte, macho y hembra son iguales en forma, coloración o tamaño.