Decoración: cómo dar un aspecto marino y playero a nuestro hogar

Nuestra vivienda puede cambiar de decoración de acuerdo con las estaciones. En invierno pueden primar los colores terrosos y cuando llega el verano, puede transformarse a una propuesta más costera y, a la vez, sofisticada.

La decoración marina es un diseño de interiores que nunca pasó de moda. Puede sumar algunos detalles de vanguardia, pero en general se orienta a una gama de colores que ronda los blancos, los azules y todo lo derivado de este tono.

Entre los accesorios que se usan para este tipo de decoración se destacan aquellos que tienen que ver con los barcos y con la playa, como salvavidas de diseño, ventanas redondas como las de los camarotes o sillas similares a las que hay en los balnearios.

Un punto relevante de este estilo es mantener una paleta de colores sobrios en los que se mezclan los azules con los tonos arena, gris claro y blanco, pues permitirán generar ambientes relajados y de calma.

El clásico colar azul marino que propicia tranquilidad y serenidad se modificó a nuevas versiones en las que abundan los más cálidos, que se asemejan a la arena de las playas o a una puesta de sol.

Lo importante es mantener una estructura abierta en la que siempre se noten ambientes aireados que no estén recargados. La decoración minimalista ayuda a aumentar la sensación de calma y relajación.

Una decoración equilibrada

Otro de los datos de importancia en la decoración marina es que se deben elegir artículos que remitan a la naturaleza, como alfombras a rayas o de fibra natural, almohadas blancas, portarretratos de bambú y cortinas de lino.

Los detalles bien marinos deben ser pocos y estar desperdigados, tal como el adorno hecho con un nudo náutico o un libro de mesa con temas de verano. Lo que hay que dejar de lado son los caracoles y es preferible reemplazarlos por coral seco o ilustraciones de arte abstracto.