Curiosidades sobre las frutillas que muy pocos conocen

Requeridas en todo el mundo por su particular sabor, las frutillas son elegidas por grandes y chicos. Son también vistosas por su color y, además, se pueden consumir frescas, con la clásica combinación con chocolate o simplemente con un poco de azúcar.

Una de las curiosidades más interesantes de las frutillas es que están emparentadas con las rosas, ya que tanto las fresas como las flores mencionadas integran la familia de las rosáceas, plantas dicotiledóneas del orden de los rosales.

En este grupo que conforman las frutillas también se encuentran las cerezas, las manzanas y las frambuesas, y, en todos los casos, de sus flores nacen los frutos. Cuentan con una variedad que dependen de su durabilidad y su sabor.

Estas frutas tan particulares, además de ese sabor dulce y ácido, aportan un gran contenido de vitamina C, algo que siempre se le atribuye a los cítricos. Según estudios nutricionales, ciertas variedades poseen 70 miligramos por cada 100 de esta vitamina.

El fruto no es la pulpa, sino que lo son las semillas que se adhieren a la piel. Llevan el nombre de "anequios" y cubren todo su exterior. Puede haber entre 150 y 200 por cada unidad. La pulpa es un engrosamiento de la flor para proteger a los frutos.

Contrariamente a otras frutas, estas pueden congelarse sin ningún inconveniente, porque pueden mantenerse sin estropearse. Para ello será importante lavarlas, secarlas correctamente y colocarlas envueltas en papel de aluminio de forma individual.

Cómo dar más frutillas

La reproducción de la frutilla se realiza mediante estolones, que son aquellos brotes laterales que nacen en la base del tallo y se desarrollan de manera horizontal al suelo. Cada uno termina en un cúmulo de hojas.

Una vez que ese grupo de hojas enraiza, se desarrollará una nueva planta e incluso de ella brotarán más estolones. El proceso se puede repetir hasta tanto haya suficiente lugar en la maceta o en la tierra del jardín.