No la saques: esta planta crece como yuyo en tu jardín, pero es un verdadero tesoro

La Santa Lucía o como su nombre científico lo índica, Commelina erecta, es una planta herbácea perenne de la familia Commelinaceae. Esta especie puede alcanzar de 20 a 90 cm de altura y se ramifica casi desde la base. Es habitual encontrar esta vegetación en las banquinas, terrenos deshabitados, pero también en campos cultivados o jardines. Por este motivo, debido a que se expande con rapidez, muchas veces se la confunde con maleza, pero no es así.

Esta especie tiene muchas propiedades y beneficios para la salud que no todos conocen. La hierba de Santa Lucía es una planta medicinal que se usa desde tiempo antiguos, de hecho, los habitantes de América la utilizaban mucho antes de la llegada de los españoles. Este miniarbusto era conocido por las abuelas como el ‘yuyo que curaba los ojos’, de ahí su nombre, ya que se trata de la santa patrona de la vista.

De acuerdo con registros históricos, esta planta fue usada como medicinal por varias culturas nativas americanas. Esta hierba se puede emplear como diurético y es digestiva; además, sirve para tratar la conjuntivitis y la irritación de ojos, ya que el jugo de las hojas y flores actúa como colirio natural. Lo que se puede utilizar de este arbusto es casi todo, pero principalmente el mucílago de sus flores, que es donde están las principales propiedades, como los antocianos, alcaloides, saponinas, tanino y cumarinas, entre otros. Por otro lado, las hojas son comestibles y se puede preparar infusiones para calmar y combatir dolores estomacales e intestinales.

Cómo usar la planta Santa Lucía

Para poder beneficiarse de las propiedades con las que cuenta la planta Santa Lucía, se puede recurrir al preparado de infusiones o directamente aplicarla sobre la piel. Esta hierba tiene una flor celeste y en su tallo como una capsula con una gotita, como si fuese un gel. Esto debe apretarse y colocar ese jugo en el ojo. Se puede usar dos veces al día, a la mañana y a la noche antes de acostarse, al menos durante 3 días hasta que desaparezca la irritación de la vista.

Por otro lado, este arbusto se emplea cuando hay esputos de sangre, ya que tiene la capacidad de detener hemorragias. Para parar el sangrado se deben machacar las hojas y aplicarlas en forma de cataplasma. Cuando hay heridas externas, hinchazón por golpes y hematomas, se puede aplicar macerada o en forma de compresa.