Ella es Raffaela, la hija influencer y tiktoker de Donato de Santis que arrasa en las redes

Al poco tiempo de llegar a Argentina, Donato de Santis conoció en el año 2000 a Micaela Paglayan, una diseñadora textil que se convirtió en el gran amor de su vida. El empresario gastronómico contrajo matrimonio en el 2004 y se transformó en padre de dos mujeres: Raffaella y Francesca, de 22 y 20 años respectivamente.

A pesar de hacer obtenido un gran reconocimiento por su trabajo, el chef siempre optó por mantener su vida privada alejada de los flashes. La mujer e hijas de Donato de Santis eligieron el mismo camino del bajo perfil. Sin embargo, hace un tiempo, una de sus sucesoras, Raffaela, la mayor de las hermanas, abrió una cuenta en TikTok que ya superó los 7 mil seguidores y se convirtió en toda un influencer. La joven, muy activa en el mundo virtual, suele publicar divertidos momentos junto al jurado de “MasterChef” y también con amigos.

Por su parte, el cocinero también es muy activo en sus redes sociales y allí comparte imágenes con sus hijas, paseos en familia y sus vacaciones en Europa, en especial en Italia, donde sus herederas acostumbran a pasar largas temporadas para visitar a todos los parientes que tiene Donato. Por otro lado, tanto Raffaella como Francesca ayudan en el negocio gastronómico del chef y se encargan de administrarlo.

La emoción de Donato de Santis

Donato de Santis estuvo invitado al ciclo de Andy Kusnetzoff, “PH, Podemos Hablar”, y no pudo contener su emoción al recordar una dolorosa situación del pasado. Casi al final del show, los participantes deben pedir los deseos que quisieran ante una fuente. Allí cada uno contó algunos detalles de su intimidad. Cuando llegó el turno del chef, pasó al frente y comentó: “Como budista, a nosotros nos enseñan que para conocer el presente hay que mirar al pasado. Y para conocer el futuro también hay que mirar al pasado”.

En esa misma sintonía, el cocinero continuó: “Porque el presente es el fruto del pasado. Así que no quiero recuperar nada”. Acto seguido tomó una de las monedas y se largó a llorar. Un poco más calmado, aclaró: “Hay una cosa que me hizo mal. Y quiero que se vaya”. El conductor le preguntó si quería compartir y él dijo que no.