MARCOS/”GRAN HERMANO”
Tras los rumores, Marcos Ginocchio de Gran Hermano se sinceró sobre lo que tanto se especulaba
El ganador del reality show mantuvo un mano a mano con los miembros del panel y reveló algunos detalles desconocidos de su vida privada.
El domingo por la noche, Telefe emitió el final de “Gran Hermano”, donde Marcos Ginocchio se consagró como el gran vencedor y se quedó con el premio de los $19 millones y una casa prefabricada. Nacho y Julieta obtuvieron el segundo y tercer puesto, respectivamente. Ayer, el joven estuvo en el debate del ciclo de TV y confesó la razón por la cual ocultó información respecto a su intimidad.
Cuando Marcos salió de la casa y sus seres queridos lo recibieron en los estudios de “Gran Hermano”, quedó al descubierto que el salteño tenía una relación amorosa que jamás mencionó durante su estadía en la casa más famosa del país. Un video en el que se vio a la chica en cuestión circuló rápidamente por las redes sociales. La joven se mostró tímida y mantuvo el bajo perfil.
Finalmente, en la edición de ayer, el ganador del certamen habló de este hecho y aseguró: “Justamente fue que yo entré a la casa y no estábamos de novios. Adentro, hablé con mi hermana (Valentina, que ingresó junto al resto de familiares) y le dije que la extrañaba, que quería verla cuando saliera. Ella le contó y vino. Todavía no tuvimos tiempo ni nada”.
Marisa Brel, columnista del programa, a través de su cuenta de Twitter dio más detalles al respecto sobre la novia de Marcos. “Ella es Juli. La agarré de la mano y le pregunté si era la novia de Marcos, porque me sorprendió verla con la mamá del primo, y me apretó fuerte la mano y me sonrió. Entendí todo. Comprendí que Marcos la quiso cuidar. ¡Y lo amé más! Son hermosos los dos. Estaban en familia”, sostuvo y acompañó la publicación con una foto de la joven.
La confesión de Marcos de “Gran Hermano”
En el debate de ayer de “Gran Hermano”, Marcos abrió su corazón como nunca lo hizo y contó una dolorosa situación que vivió durante su adolescencia: “Hubo una etapa en mi vida que no estaba bien, me sentía en un pozo del que no podía salir. Tenía 14 años, fue un poco antes de la separación de mis padres. No veía salida. Sin Dios no hubiese salido de ese pozo”, confesó el estudiante de Abogacía.
Y agregó: “No me daba cuenta, pero hacer deporte me ayudó y lo superé. Me aferré a Dios porque sin él no hubiera salido nunca de ese pozo y él me señalizó el camino para salir”.
