HELADO
Receta dulce para atravesar la ola de calor: helado casero de yogur y frutos rojos
Con pocos ingredientes y escaso tiempo de elaboración, se puede lograr este exquisito postre.
Llegó una nueva ola de calor y con ella se impuso un desafío a la hora de ver qué se puede comer que gratifique, refresque y no lleve demasiado trabajo. Para esto, ¿qué mejor que elaborar un helado casero de yogur y frutos rojos?
En general, cuando no se tiene máquina para elaborar cremas frías, se usan crema condensado y productos lácteos. Para este helado, los ingredientes necesarios son pocos y muy fáciles de conseguir en esta temporada.
Este helado lleva 200 gramos de frutos rojos (frescos o congelados), 60 gramos de azúcar, dos cucharadas de jugo de limón, dos cucharadas de agua, 400 gramos de leche condensada y 300 gramos de yogur griego, además, de 250 gramos de crema de leche.
Los pasos para la elaboración de este postre frío se inician con un previo paso por la hornalla. Deberán colocarse todos frutos con el agua y el limón en una olla pequeña y cocinar a fuego medio hasta que espese ligeramente. Dejar que se enfríe totalmente.
Por otro lado en un bol, habrá que mezclar la leche condensada y el yogur con una espátula y paralelamente batir la crema hasta que esté espumosa y suave. Luego, se deberán unir ambas preparaciones, hasta que esté homogéneo, con movimientos envolventes.
Por último, habrá que agregar los frutos rojos a la crema, pero con una cucharita y en distintos puntos, para que no quede todo junto, y dejarlo a medio mezclar. Finalmente, verter en un recipiente apto pare freezer o en palitos. Dejar por lo menos 8 horas y servir.
Consistencia y sabor
Una de las características principales de este helado es que, al llevar yogur, no tiene mucho contenido de grasa, por lo que puede ser menos aireado de los que se suelen consumir, ya que no se usará máquina de helado.
Las recomendaciones a la hora de servir es que se lo saque del congelador unos 10 minutos antes, para que se descongele y no quede tan escarchado. Se puede llevar a la mesa en bochas con algún fruto seco, para aportarle un poco de textura crocante.
