SUCULENTAS
Cómo salvar tu planta suculenta podrida en 5 simples pasos
No dejes que tu planta favorita se muera, recuperala con este sencillo consejo.Las plantas, especialmente las suculentas, son delicadas y requieren cuidados adecuados para mantenerse sanas y tener buen aspecto. Por desgracia, las cosas no siempre salen según lo planeado y puede que en algún momento te encuentres con una que esté podrida.
Las suculentas podridas suelen tener hojas oscuras y descoloridas, tallos marchitos y raíces blandas. Pero no te preocupes, hay formas de salvar tu planta carnosa. En este artículo te daremos algunos consejos para restaurarla y devolverle la vida.
1. Inspeccioná la gravedad del problema
Lo primero que tendrás que hacer es identificar si toda la planta está dañada. Para ello, buscá tallos, hojas y raíces descoloridos y marchitos. Si solo están afectadas unas pocas hojas, tal vez sea posible salvar una parte. Sin embargo, si toda la suculenta está descolorida y marchita, puede que tengas que empezar de cero con una nueva.
2. Retirá la suculenta de su maceta
Una vez que hayas identificado la gravedad del problema, es hora de retirarla de su maceta. Desechá la tierra y desinfectá el contenedor para eliminar cualquier rastro de hongos o bacterias. Si hay raíces afectadas, lo mejor es recortarlas.
3. Dejá que se seque y se cure
Cuando saques la planta de la maceta y recortes las partes podridas, será momento de dejar que se seque y se cure. Colocala en un lugar seco y soleado y dejala reposar unos días o hasta que las partes recién recortadas se hayan curado.
4. Trasplantá la suculenta
Cuando la suculenta se haya curado, es momento de trasplantarla. Asegurate de utilizar un sustrato fresco y estéril, y que la maceta tenga un buen drenaje para que la tierra pueda secarse entre riego y riego.
5. Cuidá tu suculenta
Es importante darle los cuidados adecuados para que se mantenga sana. Las suculentas necesitan luz solar brillante e indirecta, y solo deben regarse cuando la tierra esté completamente seca. Evitá darles agua en exceso, ya que demasiado líquido puede hacer que se pudran las raíces.
Salvar una suculenta podrida no es imposible. Con los pasos adecuados, podés devolver la vida y mantenerla sana. Empezá por inspeccionar la gravedad del problema, luego procurá proporcionarle luz brillante y prevení el riego excesivo. Con un poco de paciencia y dedicación, pronto tendrás una suculenta hermosa y sana.