Nail art: cómo es el kapping, la técnica para recuperar tus uñas débiles y quebradizas

¿Luchas contra las uñas débiles y quebradizas? ¿Se astillan, rompen y dañan constantemente? Puede ser frustrante y hacerte sentir acomplejada por el aspecto de tus manos, pero no te preocupes, porque hay una solución: la técnica del kapping.

El kapping es una forma de fortalecimiento y estimulación del crecimiento de las uñas que está ganando popularidad en el mundo del nail art. Es un método que consiste en crear una capa protectora utilizando productos específicos como una base, gel o acrílico.

¿Qué es el Kapping?

Es un proceso similar al de las extensiones de uñas. La diferencia es que no aumenta la longitud, sino que utiliza una superposición de resina flexible, también conocida como capa de kapping, para ayudar a protegerlas y reforzarlas, lo que aumenta tanto la resistencia como la flexibilidad.

Solía requerir mucho tiempo, ya que los técnicos tenían que hacerlo a mano. Hoy, sin embargo, los avances tecnológicos han permitido agilizar el proceso y reducir su duración. Ahora, con un kit, podrás realizar el proceso en casa.

Los beneficios

Es una forma estupenda de fortalecer las uñas débiles y quebradizas y promover un crecimiento sano. Proporciona un escudo protector, impidiendo que sufran daños por el desgaste diario y permitiéndoles crecer de forma natural y sana. Para quienes tienen el hábito de morderse las uñas o se rompen con facilidad, el kapping actúa como una barrera, evitando daños.

• Revitaliza: favorece la circulación y ayuda a devolver la vida a las uñas deslucidas.
• Restaura: quienes hayan sufrido daños debido a enfermedades, medicamentos o años de descuido, encontrarán muy ventajosa la técnica del kapping.
• Fortalece: notarás una notable mejora en la fortaleza general, lo que te facilitará realizar las tareas cotidianas sin miedo.

El proceso

• Limpia y da forma a tus uñas: empieza por eliminar cualquier resto de esmalte antiguo y límpialas. Utiliza una lima para darles la forma deseada.
• Aplica una capa base: te recomendamos que utilices una de alta calidad que funcione eficazmente con el resto de los productos de kapping.
• Aplicar la capa de kapping: procura una cobertura uniforme y consistente, alisando cualquier protuberancia o bolsa de aire.
• Repite el paso anterior: dos o tres capas deberían ser lo bastante gruesas para proporcionar una protección adecuada.
• Termina con un topcoat: les da un acabado brillante y una mayor protección contra el desconchado.