RECETA
Scones de queso: la receta con solo 5 ingredientes
Una vez que pruebes esta fórmula, querrás prepararla tantas veces hasta que sea tu especialidad.Todos conocemos los scones de queso, aunque no son tan famosos como los dulces que suelen venderse en panaderías, supermercados y que se consiguen más fácilmente empaquetados en los kioscos.
Los scones de queso son pancitos fáciles de hacer que tienen más de 300 años de historia, ya que pertenecen a las recetas inglesas de antaño. En esta nota te vamos a enseñar a preparar una versión sumamente crocante que te van a dar ganas de organizar una merienda para poder disfutarlos. Prestá atención a la preparación.
Ingredientes
- 100 g de manteca fría.
- 220 g de harina leudante.
- 100 g de queso parmesano.
- 100 ml de leche.
- 100 cc de crema de leche.
Modo de preparación
- Colocá en un bowl la harina leudante, espolvoreá la sal por arriba y cortá la manteca en cubos para formar un arenado. Incorporá todos los ingredientes con las manos. Cuando tengas el arenado listo, agregá el queso rallado en hebras, si te gusta podés sumar albahaca, perejil picado o alguna hierba, es totalmente opcional.
- Incorporá despacio la crema de leche y la leche, mezclá todo lentamente para formar una masa que puedas trabajar sin que se pegue en las manos. Si está muy húmeda, podés agregar un poco más de harina.
- Llevá la masa a la mesada para trabajar con un oflador, cortala en cuatro partes, apilá cada una con harina espolvoreada en el medio y volvé a aplastar con un palote.
- Amasá hasta que tenga un alto de 2 a 3 centímetros y cortá los scones de queso de la forma que quieras, generalmente, son redondos, pero podés presentarlos como cuadraditos.
- Colocalos en una fuente para horno, pintalos con leche y llevalos a descansar a la heladera al menos 15 minutos. Cocinalos en el horno a 180 ºC hasta que se doren, corroborá el punto de cocción al introducir un cuchillo o un palillo y verificá que la masa no esté cruda por dentro.
El resultado final son unos scones de queso sumamente crocantes y dorados disponibles para comer en el momento o bien tibios. Mantenelos guardados en un contenedor hermético o congelalos para servirlos en otra ocasión.