El árbol que da hermosas y llamativas flores y que es ideal para poner en la vereda

De más está explicar los beneficios probados que aporta un árbol dentro del ecosistema y el simbolismo que tiene el hecho de plantar uno. También hay que marcar el salto estético que significa tener el adecuado en casa, ya sea adentro o afuera.

En este caso en particular, vamos a considerar la intención de colocar esta clase de planta en la entrada de nuestro hogar, con el fin de embellecerlo, y que sea apreciada por todo el barrio. Está claro que se trata de un lugar para el que hay que tener recaudos especiales a la hora de pensar en qué árbol se adaptará de la mejor manera posible. En este caso, te recomendamos la Lagerstroemia.

Uno de los puntos que siempre se debe tener en cuenta antes de plantar esa especie de árbol en la vereda son sus raíces. Las mismas no deben ser invasivas ya que marcarían una tendencia a destrozar la superficie y también a meterse en territorio de otros que se encuentren cerca. Porque no está dentro de sus características, es que "el árbol de Júpiter" resulta ideal.

Ya pensando en los puntos estéticos, esta planta cuenta con una capacidad de floración ideal para darle un aspecto hermoso a la entrada al hogar. Las mismas pueden ser rojas, fucsias, lilas y blancas con un muy buen follaje. Son perfectas para ejercer la ornamentación debido a la cantidad que ofrece y a que no suele crecer más de siete metros.

Más detalles del árbol

Definidos los aspectos que pueden convencer, respecto a que la Lagerstroemia es el árbol ideal para plantar en la vereda de tu casa, hay que hacer hincapié con relación a los cuidados que se deben tener en cuenta para que el desarrollo sea lo más óptimo posible. En primer lugar, hay que marcar que la exposición solar es lo mejor, pero que tampoco se resiente demasiado en la media sombra.

A la hora de plantarlo, necesita un suelo ágil y húmedo que cuente con un buen drenaje para evitar charcos en el riego. Justamente, este debe ser permanente durante la etapa de crecimiento (entre tres y cuatro veces por semana), acompañado de la colocación de abono en el lapso de la primavera y el verano.