SUCULENTAS
El truco de los viveristas para que este tipo de suculenta cambie a color rojo y sea el atractivo de tu jardín
Lográ que se robe todas las miradas gracias a este infalible tip.Añadir plantas en el hogar siempre es una buena idea. Y es que podemos optar por este detalle natural para lograr embellecer cualquier rincón de nuestra casa, tanto en la parte interna como externa. Una opción de las más elegidas son las suculentas.
Con mayores o menores cuidados, y ejemplares de todo tipo que presentan diversas hojas y flores de muchos colores y formas, las plantas ofrecen un sinfín de opciones tanto para principiantes como para también verdaderos expertos en jardinería. Y las suculentas no son la excepción.
Se trata de una planta de sencillo cuidado por lo que muchas personas optan por estos ejemplares a los que no hace falta prestarles demasiada atención y que, de cualquier manera, se convierten en un espectáculo visual de lo más encantador.
En líneas generales, y si del cuidado de estas plantas en específico se trata, debemos destacar que las suculentas no requieren de abundantes cantidades de agua para desarrollarse y, al mismo tiempo, logran sobrevivir a elevadas temperaturas sin experimentar grandes dificultades.
Sin embargo, aquí queremos compartirte un grandioso truco realizado por viveristas que te permitirá lograr que estas plantas cambien de color, gracias a un sencillo paso a paso.
Para llevar a cabo este experimento de jardinería, lo primero a tener en cuenta tiene que ver con su exposición al sol en mayor o menor medida. Si esta planta está ubicada en una zona con sombra o escasa luz, lo cierto es que se apreciará un color verde.
Sin embargo, si, por el contrario, lo que queremos es lograr que en estas plantas predomine un llamativo color rojo, lo que tendremos que hacer es colocarlas en un sitio donde reciban mucha luz solar. Se recomienda colocarlas a plena luz del sol por la mañana y a la sombra por la tarde.
La clave detrás de este truco de jardinería implica “alejar” a estas plantas de su hábitat natural, lo que se complementa con una “sequía” que debe llevarse a cabo. Cabe aclarar, finalmente, que no es necesario seguir este paso al pie de la letra, sino que lo recomendable es reducir el regado, pero al punto tal de brindarles a las suculentas el agua que necesitan para no morir.