PLANTAS
Si tus plantas tienen hojas amarillas o marrones, dales vida con este fertilizante casero de 2 ingredientes que es una bomba
Este truco doméstico será un gran aliado de tus vegetales afectados.La belleza y vitalidad que aportan las plantas en tu hogar son algunas de las razones por las cuales se elige tenerlas. Sin embargo, la condición implícita que existe para que eso se mantenga es que haya un cuidado responsable de lo que, a fin de cuentas, es otro ser vivo a cargo.
Una de las ventajas que tienen los vegetales en ese aspecto es que muchas de sus afecciones son evidentes a la vista, por lo que rápidamente hay chances de actuar para revertirlas. Dentro del escenario de lesiones que pueden presentar están aquellas que dejan a las hojas con un color amarillento, bien lejos del verde común y saludable. En la mayoría de los casos, dicha reacción responde a las faltas de nutrientes que las plantas necesitan. Acá te presentamos un truco casero para solucionarlo.

Este método requiere ingredientes que solemos tener en casa, por lo que la realización es muy sencilla. Solo precisamos: 150 mililitros de agua y la misma cantidad de café líquido, sin azúcar. Una vez incorporados, hay que agregarle las dos cucharadas de canela para aportar el toque final al producto que tendrá garantizada su eficacia en la hierba.
Tras dejar reposar al resultado durante unas cuantas horas (entre dos y tres), con el fin de que se involucren totalidad de los componentes, hay que filtrarlo y ponerlo en un rociador que controle bien la cantidad a volcar en los vegetales. Se trata de la creación de un poderoso fungicida que cuenta con la capacidad de aportar los nutrientes que le están faltando a las plantas que muestran ese color desteñido. El consejo es tener esta rutina una vez por semana.

Razones variadas
Aunque en cualquier caso responde al nombre de clorosis, los motivos que pueden llevar a las plantas a tener ese tono amarillento son varios. Lo primero que hay que marcar es que se presenta cuando las hojas empiezan a perder clorofila, una propiedad clave para su desarrollo óptimo.

Las razones son variadas, ya que van desde un ciclo común del vegetal (en estaciones de más frío suelen padecer por sus características propias), hasta descuidos de los dueños. Estos se centran en la falta de riego, en un drenaje impropio que no evita los charcos, en una ubicación carente de la fuente de luz o un sustrato ineficaz en cuanto al aporte de nutrientes.