"Una tortura": el mal momento de Caro Calvagni, la esposa de Nicolás Tagliafico, en Francia

Las redes sociales nos dan la posibilidad de conocer detalles privados de las personalidades, los cuales antes estaban más resguardados. En este contexto, hay quienes toman estado publico por el simple hecho de ser acompañantes de las estrellas de turno, como puede pasar con las mujeres de los jugadores de fútbol. Un caso puntual es el de Caro Calvagni

Nicolás Tagliafico cuenta con el plus de que es uno de los miembros de la Scaloneta más cercanos al público debido a que, además, es un habitual streamer. Mediante ese medio se relaciona con los fanáticos y, en muchas de sus transmisiones, hace parte a su joven esposa, quien ya se ganó el reconocimiento generalizado para poder trabajar con sus propias cuentas y sus muchos seguidores. Justamente, haciendo uso del alcance que tiene, Caro Calvagni comentó una decisión importante que tomaron juntos.

El viernes, la joven realizó un video para su Tik Tok en el que se refirió al tema por el cual más le preguntan: una mudanza. Durante las últimas semanas, había publicado fotos en Holanda, pese a que Tagliafico estaba en Francia jugando con su equipo y eso despertó ciertas especulaciones. La realidad es que estaban buscando mayor seguridad.

Voló unos días a Países Bajos (la pareja todavía cuenta con la casa que habitaban en Ámsterdam) hasta encontrar el mejor lugar para ahuyentar los robos que se volvieron recurrentes en Lyon. Según el relato de Caro Calvagni, desde que se trasladaron a suelo galo, fueron dos las veces que ingresaron ladrones a su hogar y dichos actos delictivos han vuelto a esa experiencia una verdadera “tortura”. Por todo esto, la pareja eligió vivir en un departamento que les brinde más tranquilidad.

La salvadora

En medio del relato, que Caro Calvagni le hacía a sus seguidores sobre los traumáticos momentos, decidió ir a buscar a una de las protagonistas: su perra, Pepu. A raíz de lo que cuenta, una de las mascotas que tienen junto a Nicolás Tagliafico ayudó a alejar el peligro en esos momentos complicados.

“Pepu nos salvó las dos veces. Empezó a ladrar y olfatear como nunca y eso nos llamó la atención”, aseguró en el primero de los casos. Además, sumó: “La segunda vez estaba yo sola y empezó a ladrar, me hizo sospechar, fui a ver las cámaras y había dos tipos caminando por mi parte intentando saltar la pared”.