Guillermo Vilas
Tras revelarse su enfermedad: la hija de Guillermo Vilas habló de su salud
La joven se refirió al momento que atraviesa el mejor tenista argentino de la historia.Si a esta altura de los tiempos Argentina es considerada por todo el mundo como una potencia del tenis, en una gran medida el responsable es Guillermo Vilas. A fuerza de los grandes logros conseguidos por casi dos décadas, el nacido en Mar del Plata construyó un fanatismo por el deporte blanco en el país que casi no existía.
El campeón de 62 torneos (4 de Grand Slam) sembró la semilla para que detrás de él surgieran un sinfín de talentos que, hasta el día de hoy, representan la bandera de la mejor manera. Una trascendencia que, a su vez, le permite sentarse en la mesa de los mejores atletas que nacieron en esta tierra sin envidiar nada a nadie. A partir de ese estatus es que la salud de Guillermo Vilas no pasa desapercibida para sus fanáticos y por eso despertó mucho interés la palabra de su hija mayor, Adanin.
En una entrevista exclusiva con la revista "Hola", la joven habló por primera vez de cómo transita la familia el cuadro degenerativo que hace tiempo sufre el exnúmero dos del mundo. Aseguró que está muy bien, que su presente no es tan grave como llegó a decirse en su momento, lo que supo generar angustia en los hijos más pequeños que la pasan mal cuando ven noticias aunque falsas. Ella asegura que su principal preocupación es la salud mental de los más pequeños.
“Lo que más me molesta de eso es que las versiones vinieron desde personas con las que tuvimos algún vínculo en el pasado, pero que actualmente no saben nada. Además, en cualquier caso, los que tendríamos que decir algo somos nosotros”, cuestionó. Desde hace cinco años tomaron la decisión de radicarse en Montecarlo, donde la joven de 21 años divide su tiempo entre estudiar negocios y jugar al tenis, pasión que heredó de Guillermo Vilas.
Lo que representa
Adanin confiesa que no deja de sorprenderse con lo que aún genera su papá en muchas personas, pese al paso de las décadas. Si bien conoce la historia de primera mano, constantemente experimenta ese sentimiento que solo alguien como Guillermo Vilas puede despertar.
“Hace poco estaba caminando acá en Montecarlo. No sé si soy yo, que salgo poco de la casa, pero no veo muchos argentinos. La cuestión es que íbamos caminando y veo que un señor pone cara de asustado y me preocupé. Y me para y me dice: ‘¿Vilas?’. Y yo le dije: ‘Sí'. Entonces me empezó a hablar de mi papá y se puso a llorar”, relató. Asimismo, dijo: “Esas cosas me llenan de orgullo”.