Un manjar de los dioses: armá estas mini pavlovas sin TACC más ricas y baratas que las de la panadería

La pavlova es un postre a base de merengue nombrado en honor a la bailarina rusa Anna Pavlova. Es un plato exquisito conocido por su corteza crujiente y su interior suave y ligero, que se dice que se asemeja a la etérea actuación de la bailarina en el escenario. El postre fue creado en Australia o Nueva Zelanda durante la década de 1920 y ambos países reclaman su invención. Lo cierto es que en esta ocasión vamos a realizar unas mini pavlovas con el objetivo de tener en un bocado este riquísimo postre

Una receta clásica de pavlova implica batir claras de huevo hasta que estén firmes y luego doblarlas con azúcar en polvo, almidón de maíz y un ácido como jugo de limón o vinagre. Esta mezcla se hornea a baja temperatura, lo que permite que el exterior se seque y se vuelva crujiente mientras el interior permanece suave. Una vez enfriada, la base de la pavlova se cubre típicamente con crema batida y fruta fresca, como fresas, kiwi y maracuyá, lo que la convierte en un postre refrescante perfecto para reuniones de verano. El contraste de texturas y el equilibrio de dulzura con la acidez de la fruta hacen de la pavlova un manjar querido en muchas partes del mundo.

También es un postre versátil, se pueden hacer mini pavlovas para porciones individuales y los toppings se pueden variar según las frutas de temporada o preferencias personales. Ya sea disfrutada en su forma clásica o con un giro moderno, la pavlova sigue siendo un postre atemporal y elegante que continúa deleitando a personas de todo el mundo.

Ingredientes:

• 100 g de claras de huevo, lo que serían claras de 3 huevos medianos
• 200 g de azúcar
• 1 cucharadita de vinagre de alcohol o jugo de limón
• 15 gr de almidón de maíz
• Para el relleno podés usar dulce de leche, crema chantilly y duraznos.

Preparación:

Para comenzar con esta receta de mini pavlovas. Tomá un recipiente, colocá las claras y batí hasta que espumen con batidora eléctrica a velocidad máxima, luego agregar el azúcar de a poco sin dejar de batir. Tiene que quedar un merengue brilloso y con el que puedas formar picos.

A continuación, con movimientos envolventes, incorpora el vinagre y el almidón de maíz.

Coloca el merengue en una manga con pico rizado y armá las pavlovas de aproximadamente 8 centímetros de diámetro sobre una placa con papel manteca o aluminio.

Lleva a horno precalentado a fuego mínimo a 100° por una hora. Pasado ese tiempo apaga el horno y deja la placa adentro para que se enfríen ahí. Un truco por si no contás con horno que indique temperatura es cocinar a mínimo con la puerta apenas entreabierta.

Rellena y decora a gusto. Tené en cuenta que las pavlovas se rellenan el mismo día que se van a consumir.

Sin lugar a dudas, esta mini pavlovas son un manjar que no puede faltar en tu mesa, ya sea de postre o para acompañar una merienda especial, este es un lujo del que no te podés privar.