No tires el cepillo de dientes viejo: mirá cómo convertirlo en el aliado más valioso para limpiar tu cocina

La limpieza diaria puede ser bastante engorrosa en una casa con varios habitantes, ya que todo se ensucia constantemente y hay rincones a los que nos olvidamos de llegar. Por suerte, existen varios utensilios en el mismo hogar que se pueden reusar todo el tiempo y convertir en algo práctico.

Sin ir más lejos, tomemos el cepillo de dientes como ejemplo. Según los expertos, deberíamos cambiarlo cada dos o tres meses, en la realidad no siempre es así y a veces pasa un poco más de tiempo, pero cuando lo dejamos de usar y vamos a pasar al nuevo, siempre lo dejamos en la basura.

La realidad es que el cepillo de dientes tiene muchos más usos de los que te imaginás. De hecho, nuestras abuelas ya conocían todos los trucos de limpieza diaria que se podían hacer con ellos. Así que pensalo dos veces antes de tirar tu cepillo en uso y mejor dale una nueva vida.

Por supuesto, para reutilizar este objeto siempre es necesario lavarlo y desinfectarlo muy bien. Podés hervirlo o dejar un poco con lavandina. De todas formas, ya no lo vas a volver a usar para tu boca, pero sí para limpiar algunos rincones difíciles de la casa que siempre quedan sucios.

Lo que podés hacer con el cepillo de dientes es acercarlo un poco a una fuente de calor, levemente y con cuidado de que no se queme, como la hornalla de la cocina. Con esto, vas a lograr doblarlo por la parte de la cabeza y así formar un cepillo capaz de limpiar rincones difíciles.

Por ejemplo, la parte que se encuentra entre el lavatorio de la cocina y el mármol; ahí no siempre llega bien la esponja y suele acumular humedad y mugre. También podés usarlo para las mismas hornallas y para ciertas partes del baño. Eso sí, no mezcles los cepillos si ya los usaste para el baño.